Otro gallego, bajo el manto de la Democracia, se erigió Caudillo de las Españas hace poco más de un año.
El Golpe lo fue fraguando el “otro gallego” con nocturnidad y alevosía ante el fracaso y el desastre del gobierno anterior en toda su política, en un ataque cruento y sin compasión alguna, valiéndose de las artimañas propias de quien pretende el poder a través de la mentira y al precio que sea necesario. Para ello empleó toda su artillería pesada, aprovechando el descontento existente del pueblo para ofrecerle el oro del moro, y así, en sus arengas y comunicados, jurar y perjurar lo que no iban a hacer, empleando las siguientes lindezas:
“No podemos resignarnos a más subidas de impuestos”.
“En época de crisis tienes derecho a que bajen los impuestos”.
“No se pueden subir los impuestos”.
“Nadie, en época de recesión y crisis, sube los impuestos”.
“Hay que bajar el IRPF”.
“Vamos a bajar el impuesto de las personas físicas”.
“No quiero bajar el despido”.
“Yo no creo que haya que abaratar el despido”.
“El Partido Popular no va apoyar abaratar el despido en ningún caso”.
“El Partido Popular se compromete a que ni en educación, ni en sanidad, ni en pensiones jamás sean afectadas por la crisis económica”.
“Le pido que no autorice una nueva subida de la luz, porque eso afecta al poder adquisitivo de las gentes”.
“Hoy nos han limitado la velocidad por las que circulamos por las carreteras porque eso es lo que se les han ocurrido, podrían habernos obligados a apagar la luz a las diez de la noche, habernos limitado el consumo de carne o habernos obligados a vivir dos familias por casa. Son medidas soviéticas a las que deben estar acostumbrados en Cuba.”.
“Dicen que suben los impuestos, pero por otro lado hablan de una amnistía fiscal a los que no pagan, ¡miren! ni subir los impuestos, ni perdonar a los que no pagan”.
“¿Qué es lo que tanto le preocupa que no quiera abrir una comisión de investigación? No lo entiendo”.
“Hemos pedido una comisión de investigación”.
“Es que la prima de riesgo en nuestro país, se llama Rodríguez Zapatero”.
“El que la prima de riesgo esté tan alta, tiene responsables políticos, y esos responsables políticos están en el gobierno”.
“Que no cuente con el Partido Popular para inyectar ni un euro en los Bancos que no vayan a las familias, ni a las pequeñas y medianas empresas”.
“Y yo, desde luego, no pienso dar ni un solo euro del dinero público, a diferencia de lo que han hecho ustedes”.
“Me presento a las elecciones sabiendo muy bien como están las cosas y por tanto soy consciente de eso. No me voy a quejar de la herencia recibida”.
“¿Quién subió el IRPF?”.
“¿Quién subió los impuestos especiales?”.
“¿Quién subió la luz, el gas y el butano?”.
“¿Quién hizo los recortes sociales más grandes en la historia de la moderna democracia española?
Como digo, estas lindezas, y otras que no recojo aquí, fueron en las que se apoyaron para llevar al Pueblo al convencimiento, harto ya de tantos desmanes, para hacerse con el poder.
No es que el Pueblo se equivocara. No. El Pueblo no se equivocó porque creyó ciegamente en lo que “el otro gallego” y sus adláteres decían y prometía que no iban hacer, y por eso lo de la mayoría absoluta.
Y el Pueblo fue engañado por el “otro gallego”.
Una vez instalado el “otro gallego” en el poder, su discurso y sus acciones fueron completamente distintos.
Y donde dije Digo, digo Diego.
Y donde dije que no iba hacer, ahora hago con más virulencia, si cabe.
Y se armó de cruzado y dijo: “voy hacer lo que tengo que hacer”. Y… todos creímos que iba a dimitir, por dignidad y honestidad. ¡Qué chasco! Todo lo contrario, y ¡claro! no dejó títere con cabeza. Subió todo tipo de impuestos; abarató, como nunca, los despidos; recortó hasta en el Pacto de Toledo; la prima de riesgo subió hasta los cielos a ver a dios; a los Bancos los atiborró de euros; obligó a más de dos familias a vivir no solo en una casa, sino a la intemperie; decretó amnistía fiscal con publicidad a bombo y platillo.
Y sabiendo cómo estaban las cosas, y además era consciente de eso, dio el golpe de estado con sus patrañas y mentiras para “hacer lo que tenía que hacer”.
Y… en eso está el “otro gallego” dando decretazos (más que el gallego) a diestro y siniestro todos los viernes de cada semana, de cada mes y de todo el año. Eliminando todos los derechos peleados y conseguidos por nuestros antepasados y por nosotros mismos y dejándonos en la más mísera miseria y con el solo derecho de morirnos de mala manera, porque, incluso, en sanidad, también lo ha hecho.
Seguro que en uno de estos viernes Decreta sobre vagos y maleantes y a continuación manda, eso sí, una vez publicado en el Boletín Oficial del Estado, a las fuerzas del Orden, para que quiten a esos seis millones y pico de la puta calle.
Tal día como mañana, hace ya algún tiempo, se proclamó la PEPA y con ella, la Libertad y la Abolición de la esclavitud. No pasó mucho tiempo, y el “deseado” proclamó el Absolutismo.
Me hubiera gustado decir del “otro gallego”, de verdad, algo parecido, si no igual que lo se dice de D. Fermín Salvochea:
“Una vida y unos ideales insobornables. Ante nada ni nadie se doblegó. Solo la justicia y la fraternidad merecieron sus desvelos”.
Simón Candón 18/03/2013
