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lunes, 28 de mayo de 2012


¿ES POSIBLE UNA UNIÓN EUROPEA SIN ALEMANIA?


Trataremos de dilucidar, a pesar de los pocos datos a los que tenemos acceso, a quién está beneficiando la situación político-económica de la U. E. Y lo intentaremos a pesar de  que la transparencia, al menos en estos tiempos de “crisis” que nos han tocado vivir, parece que brilla por su ausencia. Los datos son escasos, confusos y sesgados, por lo que intentaremos desenmarañar la madeja lo mejor que nos sea posible.

Es fundamental partir de una premisa que al parecer, los dirigentes actuales de la U.E. olvidan: la distinción entre UNIÓN EUROPEA y MERCADO COMUN EUROPEO. El Mercado Común Europeo fue una institución que surgió para encontrar acomodo a los productos europeos en el mercado. Es decir tenía una filosofía economicista. En tanto que la Unión Europea nace como una comunidad política que persigue entre otros fines el desarrollo de los valores europeos, además de mejorar las condiciones económicas y sociales de los ciudadanos de nuestro continente. 

En el Acta Fundacional del Tratado de la Unión Europea, en su declaración de principios, es decir en el Preámbulo, se cita la herencia cultural, religiosa y humanista, los derechos inviolables de la persona, la libertad, la democracia, el Estado de Derecho, etc. Igualmente se confirma en dicho preámbulo la adhesión a los derechos sociales fundamentales contenidos en la Carta Social de Turín (1961) y el respeto a los derechos sociales de los trabajadores recogidos en la Carta Comunitaria de 1989. Se habla igualmente de promover el progreso social y económico de los pueblos, del desarrollo sostenible, las garantías de que los avances vayan acompañados de progresos paralelos …  En el artículo 2 del Acta única Europea se profundiza sobre estas cuestiones. Recomendamos su lectura a las personas interesadas.

Parece que, o bien los actuales dirigentes europeos no se lo han leído o sencillamente desprecian olímpicamente esta declaración de intenciones firmada con toda la parafernalia y protocolo, por todos los Jefes de Estado y de Gobierno de los países integrantes de la Unión Europea.

Vayamos al motivo que da título a estas líneas. Y aquí es donde nos surge la duda de si realmente los que más se benefician de la U. E. son a su vez, los que más aportan.

Hay que tener en cuenta que son fundamentalmente cuatro los conceptos que conforman los ingresos de la Unión Europea: Los impuestos sobre importaciones agrícolas (entre el 1 y 2%), los derechos de aduana o aranceles (sobre el 10%), la cuota sobre el IVA (aproximadamente el 15%) y la cuota sobre el PIB que supone cerca del 65% de los ingresos.

En el caso de Alemania, de los aproximadamente 150.000 millones presupuestados para el 2011, aportó el 0,73% de su RNB de 2011. La renta nacional bruta de Alemania en 2011 fue de 2.610 millardos de euros (cada millardo equivale a 1.000 millones), es decir 2.610.000 millones de euros. Por ello la aportación de Alemania a los presupuestos Europeos fue de 19.053 millones de euros. Concretando en cifras, la aportación alemana a los presupuestos europeos supone el 12,70% sobre el total presupuestado. Evidentemente no son los únicos que aportan dinero a la U.E. 
Hace tan sólo unos días, se publicaba la noticia en la prensa alemana de que las ventas al exterior suponían un 50% de la producción total industrial del país germano. A eso le añadiremos que el total de exportaciones de la U.E. en 2011 fue de 2.413.897,9 millones de euros, ascendiendo las exportaciones germanas a 1.288.490 millones de euros. Evidentemente mucho más de lo que aportó. Hay que tener en cuenta que además las exportaciones alemanas, en forma de coches, electrodomésticos y productos de alta tecnología, se dirigen fundamentalmente a los países periféricos de la U.E. Habrá que replantearse si las subvenciones que se conceden a estos países producen más beneficios a los destinatarios o a los que teóricamente las conceden. Habrá que ir desmitificando algunos temas. No debemos obviar que el sistema es malévolamente gemelo, en cuanto a resultados, al sistema de préstamos bancarios a los que se debe aplicar la famosa fórmula CRT (Capital x rédito x tiempo). Ejemplo 1.000 euros prestados a 5 años con un interés del 8 % TAE,  se convierte en un total de 1.400 euros. A eso, en términos coloquiales se le llama usura.

Otro tema de especial “sensibilidad” a nivel de calle: la fiabilidad de la banca, en este caso la fiabilidad de la banca alemana. Este tema se responde con una cita del diario económico “elEconomista.es” de fecha 18 de mayo de este mismo año: “El dato definitivo que ha hecho público la Autoridad Bancaria Europea sobre el déficit de capital de las entidades alemanas, que asciende a 13.100 millones, ha hecho saltar todas las alarmas. El Gobierno germano se plantea reactivar el fondo de rescate bancario …”. Sobran los comentarios. Dicho en román paladino: los bancos alemanes van a ser inyectados con más de 13.000 millones de euros. ¡Pues menos mal que son entidades financieras sólidas!.

Uno de los mitos muy al uso sobre Alemania es la gran solvencia y fortaleza técnica de su industria. Sin tener en consideración el grado de incumplimientos medioambientales de la industria teutona que repercuten en terceros países, hay un hecho que llama poderosamente la atención: las carencias del tejido industrial alemán quedan al descubierto cuando para conseguir crecer, pasemos por alto cómo y  a costa de quienes, necesitan mano de obra especializada foránea. Es público el llamamiento masivo realizado en los tres últimos años a los titulados universitarios, españoles y portugueses fundamentalmente, sobre todo en ramas técnicas. Es más, en la mayoría de las ofertas no exigen ni tan siquiera el conocimiento del idioma alemán. Si tan mal está la enseñanza en nuestro país, ¿cómo recurren a nuestros ingenieros y titulados? Algo no cuadra.

Otro dato para la reflexión: en los últimos dos años han ocurrido dos casos de pandemias, o al menos de contaminaciones alimentarias graves, en Alemania. El último caso, el de “los pepinos” dejó en evidencia el control sanitario alemán. En dos meses no fueron capaces de encontrar el “bichito”, el famoso “E. coli”. Para más INRI, tuvieron que ser investigadores españoles (de un nivel ínfimo según estos seres europeos superiores) los que les dijeron cómo, cuando y por qué se produjo la infección alimentaria. Por supuesto no era culpa del sistema español. Por cierto que los periódicos germanos y del resto de Europa echaron tierra al asunto y ni pidieron disculpas por su enorme metedura de pata.

Las indemnizaciones por tan grave fallo que perjudicó notoriamente a todos nuestros agricultores, sobre todo a los andaluces, tanto productores de pepinos como de otras verduras, todavía están pendientes de abonarse. Y el abono, cuando se haga, será con cargo a los presupuestos de la Unión Europea no por cuenta del gobierno alemán, como sería lógico.

Por cierto, que en el tema de las subvenciones, en el apartado de fondos estructurales, España encabeza la lista de beneficiarios, seguida de Italia y… ¡Alemania!. En las subvenciones agrícolas (de las que habría mucho que hablar por lo que significan de compensaciones por la competencia desleal permitida a países no comunitarios), la lista de beneficiarios la encabeza ¡Francia!, seguida de España, ¡Alemania! e Italia. ¡Realmente sorprendente!.

Si el panorama es similar en el resto de países de la U.E. surge la seria duda de si una Unión Europea sin Alemania no sería mejor, económica, política y socialmente.  

viernes, 18 de mayo de 2012


HARTO DE ESTAR INDIGNADO


Estoy harto de estar indignado.

Indignado con la vuelta a la esclavitud laboral del siglo XIX, gracias a una reforma laboral mezquina, autoritaria, traicionera y dictatorial.

Indignado por la pérdida de calidad de la enseñanza gracias a los recortes de un gobierno descaradamente fascistoide.

Indignado por la bajada real de las pensiones, mientras el Sr. Presidente del Gobierno, D. Mariano Rajoy Brey, miente de la forma más descarada e infame.

Indignado por la subida de la edad de jubilación decretada por este gobierno obedeciendo las órdenes del eje Berlín-París.

Indignado por las bajadas de sueldos a los trabajadores, tanto en el sector público como privado, decretadas de forma unilateral e impunemente por la parte patronal.

Indignado por la falta de respeto a las leyes establecidas.

Indignado con los continuos pisoteos de una Constitución que los españoles nos impusimos, para respetarla, libremente.

Indignado con las intromisiones de países e intereses extranjeros en nuestra autonomía nacional, tanto en lo económico como en temas sociales.

Indignado con la negación al derecho de ayuda a las personas dependientes.

Indignado con las subida de los impuestos y precios públicos. 

Indignado con los continuos abusos, permitidos por el poder, de los bancos.

Indignado con los robos legales de las viviendas por medio de hipotecas leoninas e injustas.

Indignado con la asistencia sanitaria a extranjeros ricos en tanto se niega a los desarrapados.

Indignado con la corrupción política permitida.

Indignado con el fraudefiscal y la amnistía para chorizos de guante blanco.

Indignado con el aumento del desempleo.

Indignado con la falta de horizontes para nuestra juventud.

Indignado con la soberbia y las actitudes vergonzantes de muchos de nuestros políticos.

Indignado con  los gastos suntuarios de ayuntamientos, parlamentos, gobiernos, etc.

Indignado de tanto recorte a las clases más desfavorecidas.

Indignado con los sueldazos y prebendas de la casta política.

Indignado con los incumplimientos y las mentiras de un gobierno trailero que engañó a los incautos.

Indignado con las resoluciones judiciales dependiendo de estar defendido o de no poder pagar alguien que defienda tus derechos.

Indignado con pagar por tercera vez los enormes gastos de la candidatura olímpica de Madrid a costa del resto de ciudades y ciudadanos de este país.

Indignado con la mediocridad de los políticos que nos ha tocado sufrir.

Indignado con el destrozo que se está permitiendo de nuestro tejido laboral, social y productivo.

Indignado por la parcialidad de los medios de información.

Indignado por las represiones policiales ordenadas por politiquillos de tres al cuarto.

Indignado por la falta de respeto del Sr. Rajoy a los ciudadanos al no presentar su dimisión.

INDIGNADO DE ESTAR INDIGNADO.

                                                                                                    Nino Granadero

viernes, 11 de mayo de 2012


NACIONALIZAR PÉRDIDAS

Una creencia bastante extendida es que las nacionalizaciones es algo típico de los pensamientos económicos de izquierdas. Nada más erróneo, al menos en nuestro país.

Las nacionalizaciones más radicales y masivas en España han sido realizadas por la derecha. Es más diríamos que por la extrema derecha. Son famosas las nacionalizaciones del último gran dictador que nos tocó sufrir durante 4 décadas. Se nacionalizó durante aquellos años de falta de democracia y de opacidad política, desde sectores alimentarios hasta sectores de tecnología punta. El famoso servicio del trigo, la regulación y control del mercado del aceite, por ejemplo fueron estandartes de las lanzaderas económicas del régimen tardo franquista.

Sectores como la locomoción, con SEAT a la cabeza, supusieron la punta de lanza utilizada por el régimen impuesto tras la rebelión militar que supuso el fin de la II República, para introducirse en el mercado automovilístico. También estuvieron nacionalizados los altos hornos, el transporte, tanto ferroviario como aeronáutico, la construcción naval, las minas. Al igual que sectores estratégicos como el energético representado sobre todo por los carburantes y la electricidad.

Por nacionalizar hasta se creó una banca nacionalizada, y no me refiero al Banco de España, sino a banca que encaminaba su actividad hacia la exportación, la vivienda, la agricultura, etc.

También era costumbre muy arraigada en el régimen dictatoria anterior la “nacionalización” de empresas privadas con pérdidas económicas. Así a las fincas ruinosas, en muchos casos por la nefasta gestión de sus propietarios, se les daba salida por medio de la expropiación y el reparto de pequeños lotes de tierras entre trabajadores asalariados del campo. Ese fue el origen de muchos “pueblos de colonización”.

Ni que decir que las nacionalizaciones eran seguidas del correspondiente abono económico, en la mayoría de los casos a precios muy altos, para compensar la “pérdida” de la propiedad de la empresa. Como factor común de todas estas ”expropiaciones” era la pertenencia de sus propietarios a las esferas de poder adictas al régimen. Era una forma de socializar las pérdidas y de lavar la cara, ante la desvergüenza de la inutilidad, de los propietarios.

Hacía muchos años que estas “nacionalizaciones” no se ponían en práctica. Salvo la expropiación de Rumasa (en su momento justa, legal y necesaria para los partidos de izquierda y abuso de poder, anticonstitucional e injustificada para los partidos de derechas) que a la larga, casi 30 años después nuevamente expropiada la versión remasterizada, ha demostrado la nefasta gestión de los “empresarios” Ruices-Mateos. Y ahora nos sorprende el Sr. Rajoy con una “nacionalización” de un banco.

La “nacionalización” de Bankia, el cuarto banco del país, es llover sobre mojado. Llueve sobre las pérdidas por la mala gestión de algún que otro ayatollah de la economía española. Y lo malo es que se sospecha que los intereses particulares, en forma de acciones de la entidad nacionalizada, de este prócer económico y “gran empresario” tienen todas las papeletas para permanecer intocables y de mejorar su cotización, con las pertinentes ganancias, una vez “normalizada” la entidad bancaria. Es decir que las pérdidas van a ser de los ciudadanos y abonadas por los ciudadanos. Igual que pasaba en los años 60 con los gobiernos del dictador ferrolano en estos temas de “nacionalizaciones” de las empresas con pérdidas.

No tenemos ninguna intención de poner sobre el tapete números que “avalan” la gestión del Sr. Rato (don Rodrigo) y de otros “grandes” gestores bancarios de nuestro país. Son de dominio público las cifras millonarias de sus indemnizaciones y pensiones por la mala gestión realizada por ellos.

Ahora toca pagar la (mala) gestión realizada en Bankia con los recortes que vamos a sufrir millones de ciudadanos españoles en la Educación y en la Sanidad públicas. Y es que, por lo que parece, los actuales mandamases democráticos no se han olvidado de sus raíces y tradiciones. A ver si alguna vez toca nacionalizar las ganancias para que sus beneficios reparen las brechas sociales que perjudican a los de siempre, a las clases sociales más desfavorecidas.

Nino Granadero

miércoles, 9 de mayo de 2012


PRESIDENTE IMPOSTOR

El Sr. Rajoy no puede estar un minuto más  ejerciendo como Presidente del Gobierno de España en las actuales circunstancias, porque es un Impostor. Es legítimo, pero no está legitimado. Es una inmoralidad que continúe ejerciendo un cargo al que ha llegado bajo el paraguas de una serie de promesas, y el pueblo le ha creído, para, luego, hacer cosas muy distintas a las prometidas.

Usted Sr. Rajoy se ha ido por otros derroteros distintos a los pactados con el Pueblo y así lo reconoce. Ayer mismo afirmaba que “está tomando medidas no incluidas en su programa electoral por la necesidad de de rectificar cosas que se hicieron mal”  y tiene la desfachatez de decir: “no me quejo de la herencia, de lo que me quejo es del engaño”.

Aquí. Aquí. En esta plaza. En esta plaza le quería yo ver a usted, Sr. Rajoy. Porque no hay mayor desvergüenza y cara dura que aceptar unos hechos cometido y continuar cometiéndolo sin sonrojo alguno, culpando siempre al anterior, para dar a entender que usted no tiene culpa alguna de las medidas que está tomando.

Mire usted, Sr. Rajoy, si usted fuera honrado y tuviera un poquito, un poquito, nada más que un poquito de dignidad, y fuera verdad que usted no sabía nada del “marrón” con el que se ha encontrado, ¡claro!, según usted,  lo primero que tendría que hacer es dimitir y convocar elecciones anticipadas, y luego presentarse de nuevo con un programa que recogiera las medidas que está tomando. Entonces, Sr. Rajoy, si el pueblo le otorgara de nuevo la responsabilidad de dirigirlo, entonces estaría legitimado, mientras tanto, usted es un impostor.

Sea usted valiente Sr. Rajoy y dimita. No se escude en las malas artes del poder para continuar ejerciendo de Presidente Impostor. Sea usted valiente Sr. Rajoy y dimita. España no se merece mandatarios desvergonzados, deshonestos, inmorales y mentirosos.

Aquel que a través de la mentira y el engaño llega a conseguir el fin que pretende, no es digno de respeto.

Sr. Rajoy, no quisiera pensar, ni creer que usted en la oposición “estuviera en Babia” y no se enterara de nada de lo que estaba ocurriendo en el País y que por eso machacaba hasta la saciedad al gobierno que estaba haciendo “muy mal las cosas” y que por eso se presentó, con “conocimiento de causas y de cosas” con un programa lleno de alternativas para sacar al País adelante sin necesidad de subir los impuestos, sin recortar la sanidad, sin meterle la tijera a la educación, sin abaratar el despido, porque todo esto lo único que acarrearía, sería debilitar los derechos de los ciudadanos.  Y… ya ve usted, Sr. Rajoy donde nos encontramos a estas alturas.

¡Fíjese... Sr. Rajoy!, por emplear una de sus admiraciones, si usted dice que: “no me quejo de la herencia, de lo que me quejo es del engaño”, el Pueblo Español ¿de qué se queja?

Simón Candón 9/05/2012

miércoles, 2 de mayo de 2012


¿INCUMPLIMIENTO DE CONTRATO O FRAUDE ELECTORAL?


Que a estas alturas del devenir político el Sr. Rajoy, don Mariano, no sólo está incumpliendo el programa electoral con el que concurrió a las eleciones generales, sino que está haciendo lo contrario de lo que se comprometió, no es ningún secreto para nadie. Es más, no lo pone en tela de juicio ni siquiera el votante más incondicional del PP. Como dice el aserto popular (de pueblo entendido como conjunto de ciudadanos): blanco y en botella ...

Y no es cuestión de enumerar sus innumerables “novedades” en forma de recortes; está en la mente de todos y no es cuestión de repetir una y otra vez las cosas. Pasaremos por alto la barbaridad y la felonía de la “reforma laboral” y los “ajustes” en la administración, en la sanidad, en la enseñanza, las congelaciones salariales y de pensiones, las subidas de impuestos, etc.  

Eso no es realmente lo importante. Lo que realmente importa es el fraude que está cometiendo el Sr. Rajoy y, en buena lógica, la formación política que lo encubre. Y si se dice encubrir porque el tema puede ser que esté rozando, si no está plenamente inmerso, el delito: un delito electoral.

La definición de un contrato por el vigente código civil español (art. 1254 C.C.) indica que “El contrato existe desde que una o varias personas consienten en obligarse, respecto a otra u otras, a dar alguna cosa o prestar algún servicio”. Y este contrato se formalizó cuando el Sr. Rajoy se comprometió, mediante su programa electoral, a realizar una  serie de servicios a los ciudadanos españoles.

Igualmente por los art. 1255, 1261, 1262, 1271, 1272, 1274, 1278, etc. del citado Código Civil, se establecen el objeto de los contratos, sus causas, la eficacia de los mismos, la rescisión y nulidad de dichos acuerdos contractuales, etc. Esta normativa legal, aplicada a la oferta electoral de la formación política del Sr. Rajoy anula totalmente el programa electoral con el que el PP concurrió a las elecciones. Y si es nulo el acuerdo establecido por medio de las elecciones, habría que resolver el contrato, es decir, el Sr. Rajoy debería ser cesado como Presidente del Gobierno.

Pero es que hay además algunas otras cuestiones de enorme gravedad en lo que se refiere a posibles violaciones de derechos constitucionales: (Art. 20 y 21 de la Constitución) libertad de expresión que se pretende recortar en cuanto a la convocatoria de manifestaciones y reuniones pacíficas en lugares públicos,  las medidas que se están tomando contra los derechos protegidos en los art. 39, 40 y 41 de la Constitución (Protección a la familia y a la infancia, redistribución de la renta y pleno empleo, seguridad social), los derechos contemplados en lo referente a las pensiones de la tercera edad (art. 50 de la C.E.), el derecho de referéndum contemplado en el Art. 92.1 de nuestra Constitución para decisiones de especial importancia (se está cediendo la soberanía a Alemania y Francia en temas de planificación y decisión económica), etc.


Sería interesante recordar las funciones que nuestra Constitución establece al Ministerio Fiscal, por medio del art. 124, entre otras la promoción de acciones en defensa de la legalidad.

Por todo ello, y si el Sr. Rajoy no tiene la decencia de presentar su dimisión, alguien debería tomar cartas en el asunto, presentar la correspondiente denuncia ante los tribunales y que sea resuelto el pleito, a la mayor brevedad posible, por los tribunales por medio de la condena y la inhabilitación de Don Mariano Rajoy Brey.


Y si el Ministerio Fiscal no cumple, porque no quiere o no se atreve, con las funciones encomendadas constitucionalmente, hay otras formaciones políticas que deberían coger el toro por los cuernos y plantear la denuncia a los tribunales de este fraude o incumplimiento de contrato. 

Y por favor que sea antes de que arruinen completamente este maravilloso país que es España.

Nino Granadero


ME CAGO EN TODO LO QUE SE MENEA

            Me cago en todo lo que se menea. En todo lo que se menea de manera prepotente y abusiva. Llevo tiempo indignado. No es ahora. No. No es ahora cuando estoy indignado. Hace ya bastante tiempo que lo estoy. Y sigo con un dolor y unos ardores de estómago que no me lo quita ni siquiera el omeprazol. Mira si es fuerte que nada más ver a Rajoy, se me “raja” toda la tripa.

            Me cago en todo lo que se menea. Nunca se hizo más en menos tiempo. Rajoy nos ha birlado de un plumazo lo que durante tanto tiempo nos costó conseguir. Conviene recordar que costó mucha sangre de compañeros caídos por la causa de las mejoras y derechos sociales de los trabajadores. Del entonces “yo me imagino una niña…”  al tengo una niña llamada Merkel que me “me libera, me enamora, me obliga, me obsesiona” y a los españoles nos jode, va un abismo.

            Me cago en todo lo que se menea. Rajoy en sí es un insulto.  Ya antes de ser presidente nos decía: “Ustedes no saben leer”. Ahora que lo es, nos pone a un ministro para hacernos más analfabetos. Me cago en todo lo que se menea, y ¡ea! a abarrotar aulas y quitar becas, que para eso mando yo. Con dos cojones. Y dice:”yo sé poco de este asunto, pero mi primo supongo que sabrá”.

            Me cago en todo lo que se menea. Rajoy ha llegado al poder con mentiras, artilugios, engaños y merece nuestra repulsa más contundente, nuestro desprecio eterno y, por supuesto, la retirada de nuestros respetos.

            Me cago en todo lo que se menea. Rajoy incumple continuamente el programa con el que se presento para ser presidente. Es que, como él dice: “no da ni una”. Quien incumple un contrato, honestamente tendría que irse a su casa. Iba a decir el señor, pero no, no merece tal distinción. Rajoy es un deshonesto y un inmoral. 

            Me cago en todo lo que se menea. Conseguir la mayoría absoluta con las argucias del trilerismo, no le da licencia para hacer lo que le venga en gana. No. No. 

            Me cago en todo lo que se menea, Rajoy, no hacía falta que te hubieras traído a tantos científicos, te equivocaste cuando dijiste: “he traído a diez de los más importantes científicos del mundo y ninguno me ha garantizado el tiempo que hará mañana en Sevilla. ¿Cómo alguien puede decir lo que va a pasar en el mundo dentro de 300 años?”, con que se lo hubieras preguntado a La Merkel, seguro que si te lo hubiera garantizado.

            Porque… de viernes en viernes, me cago en todo lo que se menea, vamos de peor a peor.

            Rajoy, filibustero, termino con aquella frase que tu jefe de filas, hoy en FAES (fundación para el análisis y los estudios sociales) como dinosaurio maquiavélico, le espetó en su día a Felipe Gonzáles en el Congreso: Váyase, señor González, cambiándolo por el de: Váyase, señor Rajoy. (perdón por lo de señor).

Simón Candón 2/05/2012