Decíamos hace algunos meses, antes de las elecciones generales pasadas, que para el Sr. Rajoy, testaferro de los grandes capitales refugiados en la banca, las soluciones de la “crisis” (seguimos empeñados, y los hechos nos están dando la razón, en la manipulación interesada por parte de los grandes banqueros), pasaba por que el “carro”, según el término utilizado por el líder del PP, fuera tirado al unísono por trabajadores y empresarios. Y dudábamos mucho de que la intensidad del esfuerzo fuera equitativamente repartida. Pues bien, las actuaciones, es decir las medidas adoptadas y las anunciadas por parte del actual Sr. Presidente del Gobierno, nos dan machaconamente la razón: todas van en la misma dirección, el sacrificio de los que dependemos de una nómina y también, por analogía salarial, de los pequeños empresarios.
Si fue el Sr. Zapatero, con la aquiescencia del Sr. Rubalcaba, el encargado de establecer la “hoja de ruta” para salir de la crisis (?), es ahora el Sr. Rajoy el depositario de los deseos de los “mercados”. Y comienza el mandato el líder conservador de manera esperanzadora para sus representados: congelación del salario mínimo por primera vez en nuestro país (medida no adoptada por ningún otro país europeo de nuestro entorno), congelación de facto de las pensiones con una subida del 1% y una subida repercutida de impuestos del 0,75% lo que lleva a una subida real del 0,25% a los pensionistas, subida ya anunciada de las retenciones del IRPF, reforma del mercado laboral con la práctica extinción de las relaciones laborales, implantación del contrato de trabajo de 4 horas (declaradas y pagadas pero de 8 horas efectivas trabajadas), etc.
Y una nueva medida de cara a la galería: la eliminación de las subvenciones a los partidos políticos, a los sindicatos y a las organizaciones patronales. Esta medida, con la que estamos básicamente de acuerdo siempre que llevara aparejada una modificación de la ley electoral para hacerla más justa y equitativa con las opciones minoritarias, es en principio buena por una razón: los ciudadanos, ya que no participamos en las decisiones sectarias (bien entendido el término) de los partidos políticos, no tenemos por qué pagar los caprichos de las camarillas cercanas a los “líderes”. Y decimos que esta medida conlleva un engaño: los partidos de derechas y los empresarios no precisan de financiación externa ya que sus recursos son infinitamente superiores a los del resto de organizaciones. Son precisamente los empresarios los que se benefician de los rendimientos (plus valías) del trabajo y por tanto los que utilizan los recursos económicos que estos rendimientos suponen en la dirección que les interesa: política, social, económica... En tanto que a las organizaciones de los trabajadores (sindicatos y partidos de izquierdas) tan sólo les queda el recurso, siempre escaso, de la solidaridad.
Son muchos los especialistas económicos que tienen una opinión totalmente opuesta a los continuos recortes que los distintos gobiernos europeos están haciendo siguiendo las órdenes de la Sra. Merkel. Y es que en un sistema capitalista como en el que estamos inmersos, los recortes conducen a menor poder adquisitivo de las clases populares, que son los destinatarios efectivos de los recortes. Y cuando baja el poder adquisitivo, baja el consumo; si baja el consumo, baja la producción y con ella los beneficios empresariales. Esta política económica que se nos impone, tan sólo beneficia, y a corto plazo según los especialistas, a las grandes empresas. Lo que es evidente es que los cierres se están produciendo en las pequeñas empresas creadoras de un 70%, aproximadamente, del empleo. Así que, de seguir por este camino, tenemos “crisis” para rato.
Por otra parte comienza a otearse el horizonte de nubarrones que ya decíamos en nuestros anteriores escritos (“La travesía del desierto” y “Opinión particular sobre el 15 M”) en relación con el futuro del PSOE: la política interna practicada está dando, desgraciadamente, sus frutos. Es asombroso cómo las alternativas que se ofrecen a la sociedad española son dos personas que han estado ya en varios gobiernos anteriores realizando una política afín a los intereses de los “mercados”. Ni el Sr. Rubalcaba ni la Sra. Chacón deben encabezar un cambio de rumbo de un partido como el PSOE, que aspira a gobernar nuevamente y con ello realizar cambios profundos en nuestra sociedad. Si lo que se pretende es que esos cambios sociales sean duraderos y justos, las alternativas deben ser otras personas nuevas no contaminadas con malas costumbres.
El problema para el PSOE, insistimos es que, como consecuencia de la política de tierra quemada llevada a cabo durante tantos años, es que carece de líderes capacitados para ofrecer esperanzas a la sociedad. Una reflexión puntual: ¿Cómo se ofrece para gobernar en Andalucía nuevamente a una persona que ha estado ya en al menos 4 gobiernos?. Aunque por parte del PP se nos ofrece al eterno aspirante (3 veces derrotado) al que se pagaron los servicios prestados siendo ministro durante algo más de un año con el Sr. Aznar.
¿Cuáles serán las consecuencias de esta situación?. Las que ya decíamos hace varios meses: la práctica política elitista dirigida al afianzamiento de la derecha en el poder. Y con ello el beneficio de unos pocos a costa de los de siempre.
Y con unas elecciones en puertas en Andalucía, si la derecha consigue hacerse con el poder, se puede cerrar el círculo en beneficio de los dichosos “mercados” ya que no habrá ni una sola voz institucional que se oponga a sus deseos. Y la “crisis” continúa o se cerrará en falso. Y si no, al tiempo.
Nino Granadero
