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viernes, 15 de octubre de 2010

ESTAMOS ABANDONADOS Y VENDIDOS



Sí, estamos abandonados y vendidos. Trabajar más y cobrar menos por este concepto es a lo que nos lleva la política de sumisión de los actuales sindicatos mayoritarios con subvenciones de escándalo por parte de los distintos gobiernos tanto autonómicos como el de España a estos.

La penúltima, la que recibieron UGT y CC.OO de la Junta de Andalucía de nueve millones de euros, nueve millones, que son mil cuatrocientos noventa y siente millones cuatrocientas setenta y cuatro mil de las antiguas pesetas (1497.474.000,00 ptas), que es mucho dinero, mucho, a los quince días de la “pantomima” de la Huelga General de 29 de Septiembre. Los trabajadores, los parados, los que buscan el primer empleo, ¿nos tenemos que tragar este sapo? Cuánto paripé de unos y de otros. Unos para mantenerse en el poder y otros para seguir chupando de la teta.

Y… mientras tanto los trabajadores, los desempleados en números crecientes, el ciudadano de a pié, qué. Hasta cuando estas desvergüenzas. Hasta cuando. Algunos se escandalizan cuando, en privado, digo que lo que hace falta es plantear una ruptura total del sistema por parte de los trabajadores, pero estos se callan y se acojonan con la ruptura cruel y despiadada que ha hecho el gran capital, principalmente la Banca, disfrazándola con una crisis globalizada que está milimétricamente estudiada para que el rico sea más rico y el pobre, sea más pobre, echándole la culpa al resto de la sociedad.

No está bien que la clase media aumente. ¿Cómo se entiende que hasta ayer hubiera dinero y hoy no? ¿Quizás se volatizó en la noche? No, hombre, no. La desfachatez campea por esta sociedad de mierda a la oferta del mejor postor sin importarles un pimiento por aquello que dice defender.

¿Qué hacen los distintos sindicatos por la dignidad de la clase trabajadora? Nada. ¿Por qué la Huelga General del 29 de Septiembre y no dos años antes? Por qué. ¿Por qué después de ésta, están mansos, dóciles y atentos a las voces de los amos y no precisamente a la de los que dicen defender? ¿Dónde la honestidad? ¿Quién habla de moralidad?

Sí. Si, hace falta una ruptura total del sistema, pero de este sistema avariento y caduco. Hace falta otro sistema, otro modo de entender y enfocar la sociedad. Hace falta recuperar el humanismo perdido. Hace falta un nuevo modelo sindical comprometido. Un nuevo modelo empresarial de reparto de beneficios. Una nueva forma de gobernar.

Por ello digo que soy partidario de una ruptura total verdadera sin violencia, pero ruptura. Ahora, con éstos, estamos abandonados y vendidos.


Simón Candón 15/10/10