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miércoles, 29 de junio de 2016

EL PODER DEL MIEDO


El día después de las elecciones, sabidos los resultados de las mismas, paseando por la calle y de camino para comprar la prensa, me paro a hablar y comentar con una vecina los resultados dados la noche anterior y entre otras cosas y comentarios, se produce el siguiente:

Mi vecina: "No te lo vá a creé, ayé mañana, fulanita de tá, dezayunando(no desvelo su nombre), me dijho que ella iba a votá a Rajoy, ar PP porque é er que manda, er que me da la paga de lo do mi euro que cobro  y zi no lo voto, me la quita.

Mi vecina a todo esto y entre otras cosas le contesta: andaaa yaaa, mujheeé, ezo zon habladuría. No le jhaga cazo a la ghente. Vota a quien te dé la gana. Que no te quitan la paga. Tó ezo é mentira. É pa meté mieo. Haz lo que quiera. Tú verá lo que jhace.

Y continuó contándome cosas sobre lo mismo, por ser lo que el momento requería, de otras que estaban sentadas en la misma mesa, en la que casi todos los días coinciden en el desayuno.

¿No te muere?, me comenta mi vecina, ezta mizma mañanita, la fulanita va y me dice a bocajharro:

"Qué pena, ¿no?, ha ganao er PP, er que ha trincao tó lo que ha podío y querio y má. Qué pena ¿no? con lo de mentira que dice er gachó y ha ganado. No me lo pueo ni creé. Qué pena. Qué pena. Qué pena. Azín nos va.

Mi vecina, me dice, no le faltó tiempo y le suelta lo que sigue: "¿pena pa tí?, ¿pena?, pena ninguna chocho, ha "ganao" er que tú querías ¿no?, o... ya no te acuerdas de lo que me dijhizte ayé".

Y así, me dice mi vecina:  "ahora resurta que naide ha votao ar PP, ¿no te muere?.  ozú, ozú, ozú, quillo qué plan ¿no?. Qué poca vergüenza tiene la ghente. Vamo, vamo, vamo, pa mearce".

Y continuamos conversando durante un largo tiempo sobre el particular con un cabreo a flor de piel y de como el miedo es capaz de dominar todo para aceptar lo malo como lo mejor.

Relato escrito en nuestra habla y con el ceceo de Cádiz. Ni mejor, ni peor, NUESTRA..



Lo relatado anteriormente no es fantasía, al contrario, es tan verídico como que esa conversación la he mantenido yo esta misma mañana, ¡caramba tan verdad como la vida misma!. Doy fe de ello.

Este relato real de ayer, es válido para hoy y para mañana, según entiendo, que son los tiempos de la vida misma. Resulta que nadie ha votado al Partido Popular en estas elecciones, salvo los declarados de siempre y sus  fieles seguidores, los demás, nadie lo ha votado, porque eso es "out".  Por el contrario, el resto, todos son progresistas de izquierdas o fans de Ciudadanos, que es lo "in" o lo "más". Vestirse con el ropaje de progresista rompedor con todo lo que tenga que ver con el "régimen" del  78, eso, eso da pedigrí. Camuflarse en la progresía, eso da puntos. Alzar el puño  cerrado en alto escondido entre  la gran masa, pasa desapercibido ante los demás y es ir con los tiempos. Coger con esa mano de puño cerrado en alto y a la vista de todos y agacharla individualmente en secreto y abrirla para depositar el voto, eso ya es otra cosa y tendremos que darle la razón a lo que dice José Luis Sampedro.

Yo continúo defendiendo mi teoría de que la Soberanía del Pueblo la tienen secuestrada los partidos políticos y que se la pasan por el forro de los calzones. Estas elecciones del pasado 26 J, el Pueblo da el mismo mandato que dio en las del 20 D, el mismo, escaño arriba, escaño abajo, el mismo. Entonces, ni caso. Ahora, ya veremos. Son los mismos argumentos, los mismos. Los mismos intereses puestos en juegos, los mismos. La misma legitimidad, la misma, y... sin embargo, ya veremos. Ninguno de los partidos tienen ahora más legitimidad que antes, por mucho que digan unos y otros, ninguno. Se dan las mismas circunstancias, las mismas y hago hincapié en las mismas porque nada ha variado en la globalidad. El Pueblo, el Soberano, le ha dado el mismo mandato a todos los partidos políticos: poneros de acuerdo de una puta vez y sacarnos de este atolladero, dejando vuestras cuitas para tiempos mejores. Ahora lo que importa es lo que importa. Pero me temo que continuaré teniendo que defender por largo tiempo mi teoría sobre la Soberanía del Pueblo y harán de ella lo que a los partidos políticos le salgan de los cojones sin tenerla en cuenta.



Tendremos que estar de acuerdo con Nelson Mandela en lo que dice y aprender como él y conquistar el miedo. Eso, eso nos hará más libre y dueños de nuestro destino. y entonces, el Pueblo recuperará su Soberanía.

Simón Candón 27/06/2016


jueves, 9 de junio de 2016

NO ES VERDAD QUE EL PUEBLO SEA SOBERANO


No es verdad que el Pueblo sea soberano, no es verdad que sea así y prueba de ello es que los partidos políticos, con sus líderes al frente, le han quitado la soberanía,  esa soberanía.  Esta no es una afirmación gratuita que se me ocurre decir, no, no lo es y a las pruebas me remito.

Las pasada elecciones generales del 20 de Diciembre de 2016,  "el Pueblo soberano" decidió en las urnas no darle la mayoría a ninguno de los partidos que se presentaron para dirigir a este País y si le mandataron que se pusieran de acuerdo para formar un gobierno capaz de sacar del atolladero a este País y sin embargo, los cuatro partidos más votados (que habría que botarlos ahora), hicieron  caso omiso y se saltaron a la piola esa decisión soberana que había tomado el Pueblo, si es verdad que dos de ellos lo intentaron y los otros dos, o no estaban o se le buscaban y no aparecían. Sus líderes, cada uno a su bola. El gallego se hizo el longui dejando  pasar  el tiempo y viéndolas venir; el madrileño de la coleta estuvo todo el tiempo repartiendo ministerios; el catalán, juntamente con el madrileño guaperas, con un acuerdo entre sí, estuvieron en un veto constante. ¡En fin! todo un espectáculo esperpéntico para llegar, al final, a no cumplir con el mandato de los ciudadanos y tirar por tierra la soberanía del Pueblo. Todo esto ha llevado al País a una situación nunca visto, a un descrédito de la clase política y a más de seis meses con un gobierno en funciones que por estar en esa situación, no ha querido, ni quiere dar explicaciones de nada, nada y como consecuencia de todo lo anterior, el Pueblo se ve abocado a ir  a nuevas elecciones,  con el consiguiente gasto que estas suponen, en un momento económico que no está, precisamente para tirar cohetes.

Mañana comienza la campaña electoral de las nuevas elecciones, que se celebrará el día 26 de este mes con los mismos partidos de antes, con los mismos candidatos de las anteriores y con los mismos programas y promesas, ya manidas, que dijeron el 20 de Diciembre pasado. Total, lo mismo para lo mismo.  Pero ¡claro!, en esta ocasión, con una imposición de los partidos a los ciudadanos: que esta vez no se equivoquen.

Resulta que cuatro líderes fracasaron estrepitosamente al no ser capaces de ponerse de acuerdo entre ellos para ejecutar el mandato que le habían dado los ciudadanos de este País y le culpan a ellos de sus fracasos. Qué descaro, ¿no?. Cuatro fracasados le dicen a todo un País que se ha equivocado en su mandato y provocan nuevas elecciones. ¿no es todo esto una tomadura de pelo? o ¿un esperpento?. ¿Cómo estos cuatro fracasados, con sus acólitos, porque todos repiten a acepción de algunos, tienen la cara dura y la desfachatez de volver a presentase como candidatos en estas nuevas elecciones?.  ¿Donde la dignidad?. Dónde.  Si... entonces no fueron capaces, ¿ahora lo van a ser?, venga ya. Todo lo que sucede es indignante. Los partidos emergentes, emergieron (valga la redundancia) demasiado deprisa y pasaron de ser anti sistemas a ser más sistemas que el propio sistema, de comunistas a socialdemócratas rabiosos. De asaltar el cielo, a quedarse en el limbo. El camaleón cambia de color dependiendo en el lugar donde se encuentre. Pasa.

Realmente estoy descolocado. No entiendo que cuatro líderes fracasados usurpe la soberanía del Pueblo y todos los ciudadanos tengamos que entrar por el aro. No lo entiendo. Me niego a aceptarlo. Me niego. Estos cuatro sujetos han roto mis esquemas democráticos. No es verdad que la soberanía resida en el Pueblo y si residía, estos cuatro indignos se la ha robado. De los robos... ni si quiera hablo. Me dan náuseas.


Simón Candón 9/06/2016

LA PASADA

No me gusta utilizar palabras foráneas cuando tenemos, por fortuna, sobrada riqueza léxica en nuestro idioma. Por eso no utilizo el extranjerismo “sorpasso” porque en español es “pasada” o también podemos utilizar la expresión, mucho más gráfica en este caso, “dar una pasada”.

Y eso es lo que le está ocurriendo al PSOE, que le están dando una pasada y no se entera de por dónde. Lo están pasando por el lado del que siempre ha presumido: la izquierda. Y lo está pasando una formación salida de la voluntad ciudadana, de las asambleas del 15M capitalizada, aunque les duela reconocerlo a muchos, por una enorme masa de ciudadanos cabreados y decepcionados. “De aquellos polvos estos lodos” Sr. Sánchez.

Cuando se produce el abandono ideológico, cuando se hace una dejación de principios y se olvida la sociedad a la que se debe una formación política, suceden estas cosas: que la sociedad le dé la espalda a los olvidadizos (¿podríamos decir traidores?). Cuando la estrategia política, tiene por finalidad tan sólo mantenerse en el poder, conservar el sillón y las prebendas añadidas, suelen ocurrir estos daños colaterales.

Ya lo dijimos el año pasado en este mismo foro (ver Bisagra 17.10.2015): el destino a corto plazo del PSOE era convertirse en un partido bisagra, esa era la condena a la que los ciudadanos iban a someter a esa formación política. Y ello por los motivos ya aducidos: abandono de ideología, conservadurismo, dar la espalda a la sociedad, falta de liderazgo, envejecimiento y bloqueo de cambios internos, etc. Han sido muchos errores, y me consta que ha habido voces internas, muchas voces, que alertaron del problema. Pero los que estaban en la poltrona no quisieron bajar a la arena. Por eso Sr. Sánchez y colegas, “de aquellos polvos, estos lodos”.

Coincidimos con el somero análisis que hace José María Triper en su artículo “El PSOE de Alternativa a Palmero”, (Economista 9.06.16). Y coincidimos porque en su momento ya lo dijimos: el PSOE ha perdido la visión de Estado, arrastra crisis de identidad y ha dado de lado a los ciudadanos.

Ahora, Sr. Sánchez, y baronía, deben ustedes asumir las consecuencias; aunque las culpas deben buscarse algunos años atrás cuando comenzaron las imposiciones y los chantajes políticos del Sr. González.

José Campanario