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domingo, 3 de abril de 2011

¿QUÉ VA SER DE NOSOTROS?

Presidente Bambi, no te vayas, por favor, humildemente te lo pido.


Presidente Zapatero, no te vayas. ¿Quién va a ser más precavido que tú? ¿Quién nos va a llevar donde tú nos ha llevado? ¿Quién será el que nos diga tanta verdades como tú nos ha dicho? Presidente, no te vayas. ¿Qué va ser de nosotros sin tus decisiones tan acertadas?


Por fin, pero no importa. Por fin llegó la hora del talante y del talento.


Atrás quedaron las grandes obras sociales y los grandes proyectos de la sociedad del bienestar.


No habrá otro presidente con más coraje que este del talante y del talento que afronte con más ganas y determinación los proyectos sociales. Ha eliminado de un plumazo todo el paro, incluso ha tenido que recurrir a la inmigración para cubrir los puestos de trabajos que estaban pendiente de ello, y con todo y con eso, quedan miles de empleos pendientes. Mejor no se podía hacer.


Y va nuestro querido presidente, y no se le ocurre otra cosa que anunciar que no será candidato para las próximas elecciones generales, y ¡¡claro!! Nos deja en un mar de lágrimas difícil de aguantar.


Todos los grupos y partidos políticos están disgustados por la decisión del presidente y lo animan a que desista por el bien de España Qué decir sobre su política económica, de su política de empleo, de su política de...


Nunca estuvieron más protegidos los empresarios y por ello la demanda de obreros para cubrir cinco millones de empleos vacantes. La gran banca ha sido la gran perjudicada al serle restringida toda posibilidad de incrementar los tipos de interés, mermando así sus beneficios bajo la férrea vigilancia, consecuencia por la que muchas cajas se han tenido que fusionar o desaparecer o convertirse en bancos con sus propios recursos y sin ayuda de nadie, provocando con estas reconversiones más empleo y jubilaciones retardadas, llegando a tener que replantearse el presidente que la edad de la jubilación de todos los españoles sea como muy pronto a los sesenta y siete años, pudiendo, el que quiera, reengancharse a su puesto de trabajo a tiempo ilimitado a partir de esa edad. Todos estamos contentos y chao chin, que es la moda, igual que en su día lo fue la mini falda.


Pero no para aquí los logros de nuestro presidente. No. Y salió publicado en la prensa un artículo que decía que se prohibía hablar de “la cosa”, si no, mirar en las hemerotecas, veréis como es verdad como se prohibía hablar de “la cosa”, incluso un bar en Triana se hacía eco de tal circunstancia. Se argüía que si se hablaba de ello, se corría el riesgo de que vinieran avalanchas de trabajadores para ocupar los puestos vacantes y ello provocaría desordenes tales, difíciles de controlar, de modo que prohibiendo “hablar de la cosa”, se evitaban males mayores. Con todo y con eso, ha tenido en contra a los grandes sindicatos, maltratados, sin ayudas dinerarias y menospreciados por nuestro presidente, ya que con la abundancia de empleos, los sindicatos no han tenido ninguna posibilidad de inducir a huelgas generales a sus afiliados, que se cuentas por miles, porque no ha habido motivo alguno, ya que los trabajadores han sido los grandes beneficiados de la política de nuestro presidente, que siempre ha pensado en el bienestar de ellos como parte fundamental de su política, por ser el partido de los obreros y español.


¡Cuanta sabiduría! la de nuestro presidente. Y nos quiere privar de ella. Yo, como muchos a los que les he pedido opinión, igual que la mayoría de los grupos y partidos políticos, nos negamos a privarnos de tanta sabiduría de un presidente que ha sabido hacer bien las cosas y ha sido precavido en sus decisiones para que estemos donde estamos y no como los pobladores de los otros estados del primer mundo cuyos presidentes han sido nefastos, sin ideas, sin políticas y sin saber prevenir lo que ahora tienen encima. No hay que ir tan a prisa, mejor ir a ciento diez, que se ahorra en energía y se evitan accidentes, que ir a ciento veinte, que se derrocha y provoca muchas muertes. El refranero es sabio y ya lo dice: Las prisas no traen cosas buenas.


Simón Candón, 03/04/2011