Seguidores

viernes, 15 de abril de 2016

YO HE CUMPLIDO CON MI DEBER


Yo no me he equivocado al depositar mi voto aquel día del 20 de Diciembre último pasado. Yo no me equivoqué. Cumplí con mi deber de ciudadano al depositar mi voto en la urna de la mesa que me correspondió y no me equivoqué. Estoy seguro. No,  no me equivoqué. Fui responsable y cumplí con la parte que a mí me correspondió ese día. Igual que yo, el restos de los muchos ciudadanos españoles con derecho a ejercer el voto. De la manifestación de ese ejercicio de votar ese día, salió un mandato. Un mandato muy claro y contundente. No hay que buscarle los tres pies al gato, ni darle más vuelta. Mandato claro y contundente: Formaciones políticas, poneros de acuerdo, no sois merecedoras de que a ninguna les demos ni la mayoría absoluta, ni siquiera, la mayoría simple. No la merecéis. Poneros de acuerdo. Es vuestra responsabilidad.

Han pasado exactamente ciento diecisiete días (117 días) y todavía no habéis ejercido esa responsabilidad, de lo que se deduce que las formaciones políticas, que tanto exigen a los ciudadanos, dirigidas por sus líderes, son unas irresponsables. A partir de aquí, me pregunto: ¿en qué manos hemos puesto el destino de este País? ¿en irresponsables? ¿en mediocres? si estas generaciones que han crecidos en libertad, en la tolerancia, en la comprensión, en el esfuerzo, en el estudio, en la cultura, en las universidades, en el trabajo y en la convivencia bajo unas normas que nos dimos en el 78 con una Constitución, que quieren liderar el presente y el futuro de España, si estas generaciones a las que se las consideran las más preparadas de todos los tiempos no son capaces de dar la talla, visto lo visto en sus comportamientos en las formaciones políticas que lideran, si no son capaces de cumplir el mandato que recibieron ese día 20D porque el interés de la formación política correspondiente o la personal del líder está por encima del interés general de los españoles, entonces, apaga y vamos. No es que no hayan entendido el mandato, no, es que la ciudadanía les importan un bledo.

Voy a emplear una palabreja que, parece ser, está de moda en el vocabulario de los políticos que cada día arengan en las irresponsabilidades de los demás y nunca de las propias, y esa es "el postureo". Si amigos lectores. "El postureo" que define la aptitud de los cuatro líderes a los que las distintas formaciones pusieron al frente para llevar a cabo el mandato recibido de los ciudadanos. Éstos, los líderes, los cuatro del "postureo", juntamente con sus formaciones respectivas, están haciendo pasar a todos los ciudadanos por los infiernos de la Divina Comedia, porque para comedia... no hay quien les ganen.

Un día sí y el otro también, los ciudadanos, nos levantamos con uno o varios casos nuevos destapados de corrupción de los otros ciudadanos "privilegiados aforados" políticos, que han metido la mano en el bolsillo público o en el cobro de derecho a pernada a los favores prestados a particulares o empresas. Nos, ERES, Bárcenas y lo penúltimo, Panamá, a los ciudadanos de a pié, nos llenan de rabia contenida y se lo consentimos a estos bellacos con solo las críticas y el cuchicheo de tertulias televisivas, reuniones de amigos en bares y excursiones campestres, en donde echamos fuera nuestras adrenalinas, maldiciendo a estos malhechores y arreglando el País a nuestra manera, para a continuación, cruzar los brazos y esperar al día siguiente el último bombazo, porque como viene sucediendo y sucede, todavía queda mucho por ver, y si no que se lo pregunten a ex-honorable con sus amenazas.

Mientras que los hospitales públicos cierran plantas enteras, las urgencias se colmatan, las salas de observaciones se hacinan, los enfermos de cáncer recorren kilómetros y kilómetros para recibir sus tratamientos de quimioterapia,  o aquellos enfermos que padecen una de esas  enfermedades de las llamadas "raras", tienen que "mendigar" a la ciudadanía los medios económicos para poder recibir sus tratamientos y medicación, mientras todo esto ocurre por falta de presupuesto público para atender estas carencias, por traer aquí solo una muestra de lo que está pasando en los últimos tiempos, porque hay muchas más, mientras que todo esto ocurre, estos cuatro mentecatos se dedican "al posturero" y a tirar el dinero de todos los ciudadanos. Desde el 20D hasta la celebración de las nuevas elecciones, que creo que se celebrarán, porque todos los tiros van a dar a la misma diana, los cargos públicos elegidos y sus "acompañantes" van a costar a las arcas públicas del orden de los 36 millones de euros por no hacer nada, bueno sí, "el postureo",  y si le sumamos los otros 200 millones de euros que le va a costar todo el nuevo proceso electoral, pues tenemos 236 milloncejos, "ná de ná", que van a salir alegremente y sin pudor alguno de las arcas del Estado, y todo, por ejercer y practicar estos cuatro irresponsables, juntamente con sus formaciones, "el posturero".

Mucha culpa de lo que ocurre en este País la tenemos los ciudadanos de a pié, que le permitimos y le consentimos todo a la gran élite.

Los ciudadanos de a pié nos hemos encerrado de tal manera en nuestras casas que parece que todo lo que ocurre fuera de ellas, no nos conciernen.

Los ciudadanos de a pié, nos falta calle. Tenemos que tener más calle.

Los ciudadanos de a pié, no podemos, ni debemos permitir que la calle siga secuestrada. Lo de la calle es mía, debe quedar para siempre enterrada con bloques y planchas de hormigón.

Los ciudadanos necesitamos ejercer en la calle y al aire libre y no en los templos de nuestras casas.

Este sistema huele a podrido. La corrupción y la mentira se han apoderado de él.

Hoy, "un mirlo blanco" ha aparecido revoloteando por los cielos de España. Hoy ha dimitido un ministro, "presuntamente" corrupto y mentiroso, hijo del sistema.

Que conste, yo he cumplido con mi deber, lo mismo que los muchos ciudadanos españoles que ejercieron su derecho al voto el 20D. Los cuatros irresponsables y mentecatos, juntamente con sus formaciones, a estas alturas, no lo han hecho.


Simón Candón 15/04/2016

lunes, 4 de abril de 2016

REBELDES CON CAUSA


         Eso al menos es lo que deberíamos ser los ciudadanos españoles: rebeldes con causa. Tenemos motivos sobrados para rebelarnos, ante la mofa y el escarnio al que nos están sometiendo los que deberían pensar en respetar la opinión que los habitantes de este país hemos expresado en las urnas. Les hemos dicho muy claramente nuestro mandato: que dialoguen, que negocien unos acuerdos beneficiosos para todos. La opinión del pueblo, expresada por medio del voto, debe ser interpretada también desde la óptica de la desconfianza que nos genera la conducta de una gran parte de la clase política.


         El comportamiento de los nuevos diputados y senadores electos deja mucho que desear. En algunos casos, sus sospechosas relaciones con redes investigadas por corrupción, les ha llevado a esconderse tras columnas o a no asistir a sesiones, a ser nominados para que mantengan la inmunidad… en definitiva a prácticas que nada que tienen ver, ni de lejos, con actitudes de transparencia ni por supuesto con cultura democrática.

         El ciudadano de a pié tiene la percepción, no exenta de un gran acercamiento a la realidad, de que los políticos elegidos en los últimos sufragios están cobrando sin trabajar. La anécdota de los 21 días de vacaciones por la celebración de la Semana Santa (¡VEINTIÚN DIAS, ES DECIR TRES SEMANAS!), tiene muy difícil justificación. Por cierto que las “vacaciones parlamentarias” de semana santa fueron acordadas por UNANIMIDAD. ¡Algunos deberían avergonzarse por haberse contagiado tan pronto de la casta!.


         Los ciudadanos, repetimos, EXIGIMOS a los políticos que se sientan en sus escaños, o se deberían sentar, y que cobran gracias a los impuestos que pagamos los españoles, deben plasmar sus repetitivas expresiones de deseos de acuerdos, en la formación de un gobierno que represente la voluntad de los españoles. En ningún caso de una minoría, por muy “mayoritaria” que esta se considere. Las distintas opciones políticas están demostrando que van a sus propios intereses y que tan sólo les preocupa salir en buena posición para las próximas elecciones que, casi con toda seguridad, serán en Junio de este mismo año. Esto lo único que quiere decir es que han suspendido en sus exámenes y, al menos eso esperamos, los ciudadanos tomaremos nota para que, como malos estudiantes, no puedan pasar la reválida y tengan que abandonar los “estudios”.


         En este punto hay que recordar a los que proclaman que es necesario un acuerdo PSOE-PP para formar gobierno, que la mayoría del PP en el Senado podrá demorar la entrada en vigor de una ley, pero nunca su bloqueo ni su no aprobación ya que el papel del Senado se limita a corregir las disposiciones del Congreso y, si esta cámara considera que el Senado lleva razón; en caso contrario el Congreso desestima las modificaciones senatoriales. Parece que el Sr. Rivera no conoce la Constitución ni el funcionamiento parlamentario.

         La propuesta de Ciudadanos, acuerdo PP-PSOE apoyado por ellos, es cuando menos pintoresca por no decir grotesca y falta de respeto a la voluntad popular (de pueblo, es decir de los españoles). No se entiende su tan proclamada actitud de lucha contra la corrupción y apoyar a un partido liderado por un personaje rodeado de toda una corte de corruptos e indecentes (supuestamente ya que, en tanto no sean juzgados, seguiremos admitiendo su inocencia).

José Campanario