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lunes, 4 de abril de 2016

REBELDES CON CAUSA


         Eso al menos es lo que deberíamos ser los ciudadanos españoles: rebeldes con causa. Tenemos motivos sobrados para rebelarnos, ante la mofa y el escarnio al que nos están sometiendo los que deberían pensar en respetar la opinión que los habitantes de este país hemos expresado en las urnas. Les hemos dicho muy claramente nuestro mandato: que dialoguen, que negocien unos acuerdos beneficiosos para todos. La opinión del pueblo, expresada por medio del voto, debe ser interpretada también desde la óptica de la desconfianza que nos genera la conducta de una gran parte de la clase política.


         El comportamiento de los nuevos diputados y senadores electos deja mucho que desear. En algunos casos, sus sospechosas relaciones con redes investigadas por corrupción, les ha llevado a esconderse tras columnas o a no asistir a sesiones, a ser nominados para que mantengan la inmunidad… en definitiva a prácticas que nada que tienen ver, ni de lejos, con actitudes de transparencia ni por supuesto con cultura democrática.

         El ciudadano de a pié tiene la percepción, no exenta de un gran acercamiento a la realidad, de que los políticos elegidos en los últimos sufragios están cobrando sin trabajar. La anécdota de los 21 días de vacaciones por la celebración de la Semana Santa (¡VEINTIÚN DIAS, ES DECIR TRES SEMANAS!), tiene muy difícil justificación. Por cierto que las “vacaciones parlamentarias” de semana santa fueron acordadas por UNANIMIDAD. ¡Algunos deberían avergonzarse por haberse contagiado tan pronto de la casta!.


         Los ciudadanos, repetimos, EXIGIMOS a los políticos que se sientan en sus escaños, o se deberían sentar, y que cobran gracias a los impuestos que pagamos los españoles, deben plasmar sus repetitivas expresiones de deseos de acuerdos, en la formación de un gobierno que represente la voluntad de los españoles. En ningún caso de una minoría, por muy “mayoritaria” que esta se considere. Las distintas opciones políticas están demostrando que van a sus propios intereses y que tan sólo les preocupa salir en buena posición para las próximas elecciones que, casi con toda seguridad, serán en Junio de este mismo año. Esto lo único que quiere decir es que han suspendido en sus exámenes y, al menos eso esperamos, los ciudadanos tomaremos nota para que, como malos estudiantes, no puedan pasar la reválida y tengan que abandonar los “estudios”.


         En este punto hay que recordar a los que proclaman que es necesario un acuerdo PSOE-PP para formar gobierno, que la mayoría del PP en el Senado podrá demorar la entrada en vigor de una ley, pero nunca su bloqueo ni su no aprobación ya que el papel del Senado se limita a corregir las disposiciones del Congreso y, si esta cámara considera que el Senado lleva razón; en caso contrario el Congreso desestima las modificaciones senatoriales. Parece que el Sr. Rivera no conoce la Constitución ni el funcionamiento parlamentario.

         La propuesta de Ciudadanos, acuerdo PP-PSOE apoyado por ellos, es cuando menos pintoresca por no decir grotesca y falta de respeto a la voluntad popular (de pueblo, es decir de los españoles). No se entiende su tan proclamada actitud de lucha contra la corrupción y apoyar a un partido liderado por un personaje rodeado de toda una corte de corruptos e indecentes (supuestamente ya que, en tanto no sean juzgados, seguiremos admitiendo su inocencia).

José Campanario