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lunes, 23 de octubre de 2017

AGRAVIO COMPARATIVO


D. Pedro Pacheco Herrera, ex-alcalde de Jerez de la Frontera, al parecer, visto lo visto, acertó en una cosa y erró en otra , y por eso, entre otras, está en prisión. Ni quito, ni pongo. Me remito a lo real, a lo que le ha ocurrido.

No quiero justificar nada de nada, pero sí denunciar el agravio comparativo con otros personajes de rabiosa actualidad.

Por lo visto, acertó en su afirmación sobre la Justicia en la que toda España, incluso fuera de ella, la hizo famoso. No había entonces, ni hay ahora nadie que ante cualquier acto que se presuma no correcto, no aluda a su famosa frase. ¿Ejemplos? miles.

Lo que estamos viviendo en estos últimos tiempos, y en particular en estos días, es de una gravedad extrema, llevada a cabo por unos personajes de responsabilidades políticas de Estado, que agrede y vulnera la Ley Suprema, reguladora y garante de la convivencia en la paz y el en progreso que los españoles nos hemos dado, como es la Constitución en vigor de 1978, con sus modificaciones.

Estaremos de acuerdo con esta Ley Suprema o no, pero lo que sí está claro es que todos los ciudadanos de este País llamado España, o las Españas, tenemos que respetarla y acatarla hasta que no nos demos otra que la modifique o la sustituya.

El Sr. Pacheco cometió un gravísimo error. Sí, sí. Cometió un imperdonable e irreparable error. ¿Sabéis cual? el no haber hecho una declaración unilateral de independencia de Jerez  de una forma ambigua ante el gobierno de la nación de entonces, darle pares y nones y jugar al sí, pero no. Ese fue su fallo. Ese fue su error. ¿Por qué digo esto? porque tal y como se están desarrollado los acontecimientos en la actualidad con los personajes de Cataluña, posiblemente, el Sr. Pacheco, aun siendo altanero, no estaría en prisión, ya que se habría avenido a los requerimientos del gobierno de turno, habría negociado dentro de la legalidad y seguro que hubiera obtenido beneficios para su ciudad, como tampoco lo están los antes mencionados. Me refiero a políticos y no a ciudadanos sin responsabilidades políticas. A D. Pedro Pacheco le encanta Jerez.

¿No hay agravio comparativo? ¡Hombre! ¡Que venga dios y lo vea si no lo hay!

El Sr. Pacheco, por contratar indebidamente a dos personas de su entorno, le han caídos unos años y meses de prisión, que está cumpliendo, de la Justicia de la que dijo lo que dijo y por causarle un perjuicio al erario público de aproximadamente trescientos mil euros mal contados, cantidad que ha restituido. ¿Cuántos tendrían que estar en su misma situación por los mismos hechos cometidos? ¿Cuántos? imnumerables.

Los personajes catalanes que han montado este sin sentido y que tienen en un brete a España, aparte de pasarse la Ley de Leyes por el forro, han causado y están causando dramas incuantificables tanto en lo personal como empresarial y por supuesto en la división y enfrentamiento entre los propios ciudadanos de esa Comunidad Autónoma, privilegiada desde los tiempos, en detrimento de las demás de las que conforman el Estado español, haciendo tambalear la estabilidad de todo un País. La Justicia para éstos, debería ser igual que para el Sr. Pacheco, por lo menos. La gravedad de los hechos no es la misma, sin embargo están sin que ésta actúe en los personajes políticos y ellos andan tan campantes y con bravuconerías en la calle, jaleando al personal, crecidos y jugando con todo un Pueblo, aparentando ser los mártires, lobos con pieles de corderos y dejando entrever el posible uso de las armas. Grave, es grave lo que han provocado y siguen haciendo.

D. Pedro, no quiero justificar nada de nada, pero sí denunciar el agravio comparativo con otros personajes de rabiosa actualidad.

El tiempo escribe sin faltas de ortografías todo tipo de relatos, de novelas, de ensayos, etc... y no se equivoca.

¿Mejor que yo? seguro.


Simón Candón 23/10/2017

miércoles, 27 de septiembre de 2017

COMO PELELES


Retomo la crítica a través de la palabra escrita, la que hace ya algún tiempo dejé de hacer por el asqueo del comportamiento de nuestros políticos, por cierto, continuado y agrandado cada vez más.

No es la España que Machado canta en su último verso del poema "La España de charanga y pandereta" que dice: "España de la rabia y de la idea".  No es esa España la que tenemos, ni siquiera la que describe en la primera parte del poema. Ni siquiera esa. Tampoco es de broma, ni de risas, pero sí de chiste, que si lo cuentas, los escuchantes, abroncan.

Y en esa estamos. De broncas. De broncas entre los dirigentes políticos para distraer al pueblo llano para que no piense. Si no es por una cosa, es por otra, lo cierto es que siempre andan enredados en las mismas cuitas, y los que pensamos o queremos pensar, llega un momento de asqueo en el que te aburre de tanta bazofia.

Esta democracia vigilada en la que dejan gritar para el desahogo de las masa, ya diluidas, solo sirve para eso, para gritar. La jerarquía política se ha llenado de privilegios y al pueblo le ha dejado solo el servilismo. Mesa y mantel para la primera, migajas para el segundo. Y así y todo, el pueblo se contenta y se hunde en la miseria de la pobreza, no ya con resignación, sino con complacencia, agradeciéndole a la jerarquía política sus dádivas.

Estamos no sabemos, o no sé dónde. Cada vez es más difícil situarse en el lugar adecuado. Hace ya algún tiempo que esta sociedad globalizada ha cambiado sus valores, sus principios y la que nos toca, nos toca con arrogancia y sin escrúpulo alguno. Lo anterior no vale, ni siquiera para aprender, porque se ha quedado antiguo, viejo y añejo.

Se echa de menos, o mejor dicho, echo de menos esa etapa de valores y principio en la que me crié y en la que mis mayores me inculcaron el respeto y la buenas maneras a todo, lo que no implicaba que no se utilizara el derecho a la rebeldía. Sí. La echo de menos. Por qué no decirlo.

La globalización nos ha traído, entre otras muchas cosas, que la jerarquía política juegue con los tiempos a su antojo y a su conveniencia de intereses.

Estamos en los de la corrupción descarada y sangrante. No hay día que no salte un caso. La jerarquía política se protege. La corrupción es un escándalo que los que aspiran a ser jerarca la soporta menos, por ser tan abundante, seguida y contraria a sus aspiraciones. La efervescencia está ahora en taparla. ¿Cómo? inventando. Inventando la jerarquía política problemas hirientes para que el pueblo mire en esa dirección y deje de mirar hacia la otra.

Los gobiernos corruptos de un lado y del otro, central y autonómico, están en esa tarea. Tanto el central de España, como el autonómico de Cataluña, necesitan distraer al pueblo para tapar sus vergüenzas.

El Rey, Felipe VI,  Jefe del Estado es como su tío bisabuelo. Sordo y mudo.

Europa no está ni se le espera.

Y en esa estamos, como peleles, en las manos de unos impresentables arrogantes y de una panda de golfos que juegan a romper España.


Simón Candón Sánchez 27/09/2017

jueves, 27 de julio de 2017

LA MUERTE DE UN DELINCUENTE

Hay muertes que, por la identidad del fallecido, tienen una gran repercusión mediática. Y a pesar de que sobrevuela una consigna de silencio que nadie ha dado, es un secreto a voces que no interesa a muchos que se aireen determinadas situaciones. Recogiendo el dicho popular: cuanto más se remueve la mierda, más apesta. Sea bien entendido que no hay ánimo de ofender ni al fallecido, ni atacar a la moral de ninguno de sus allegados y amigos.
Miguel Blesa era un delincuente.  Así lo había dictaminado una sentencia judicial por la que se le impusieron 6 años de cárcel por haber cometido un delito de apropiación indebida, vulgo: robar (Caso de las tarjetas black). Hasta aquí nada que no sea conocido por la opinión pública. Una sentencia condenatoria por haber cometido un delito implica que el condenado es un delincuente, lo de calificarlo como delincuente de guante blanco o de ganzúa es harina de otro costal.

Pero el fallecido, tristemente fallecido para sus allegados, tenía pendiente otros dos juicios en calidad de acusado: uno de ellos por estafa en el caso de las Preferentes y el segundo por los sobresueldos de Caja Madrid. A los seis años de cárcel que ya redimía, se podrían acumular, posiblemente, un mínimo de otros diez años de reclusión. Para Blesa iba a suponer ingresar de nuevo en prisión ya que, ahora sí, había sido condenado con anterioridad y por lo tanto, no podría gozar de ventajas a la hora de revisar a la baja su expediente carcelario.

¿Puede haber pesado demasiado el negro panorama que se le presentaba a Blesa para tomar la decisión de suicidarse? La teoría del suicidio es la que parece tomar cuerpo en las investigaciones, al menos es lo que se filtra en la prensa en estos momentos. No es que dudemos de la próxima versión oficial sobre la muerte del tristemente famoso fallecido, pero son muchas las interrogantes que se plantean en estos momentos: ¿Beneficia a alguien la desaparición de Blesa? ¿Quién devolverá lo robado si la Justicia dice que hay que reponer lo sustraído? ¿Continuarán los procesos abiertos a pesar de que ya no pueda ser acusado por haber muerto? ¿Sus familiares tienen responsabilidad? ¿Responderá la entidad financiera del fiasco y de la mala gestión, parece que intencionada, del que era su máximo responsable?... Son muchas las dudas que surgen y muchas las inquietudes de los perjudicados. La justicia debe actuar con criterios de equidad acordes con la moralidad (o falta de la misma) de los acusados y las justas aspiraciones de los perjudicados.

Si por algo pasará a la historia Miguel Blesa, a pesar de que poderosos intereses tratarán de ocultar la basura con cenizas, humo, gruesas cortinas y todos los medios a su alcance, será por ser el máximo responsable de timar a más de 3.000 pensionistas. El título de timador, al menos para la mente de los estafados, no se lo quita nadie. El poder y los medios que sean capaces de exhibir y costear los que se beneficien de acallar el escándalo, determinarán el tiempo que dure en la memoria el “honorífico” título de embaucador.

Atrás quedan los ancianos engañados con las preferentes de Caja Madrid, presidida en aquellos momentos por el ¿suicidado? Esos más de tres mil pensionistas perdieron los ahorros de toda una vida de esfuerzos con los que habían previsto suavizar y mejorar el resto de sus días, los años de merecido descanso, el derecho a tener una calidad de vida y una seguridad económica que pisotearon, con malas artes, estos buitres embaucadores que les dieron el timo de la estampita en forma de “preferentes”.

Por cierto que nadie ha salido hasta el momento para lamentar la muerte del Sr. Blesa. ¡Qué desagradecidos son algunos!, o muchos.

José Campanario

lunes, 13 de febrero de 2017

CONTRATO DE 2 HORAS. TRABAJO DE 10 HORAS


Obligados a mal vivir y a trabajar 10 ó 12 horas la gran mayoría de los currante de este País, aunque sus contratos sean de 2 ó 4 horas, aquellos que encuentran algún trabajo, que ya por encontrarlos y que según el Sr. Loaiza, ex presidente de la Diputación de Cádiz, y tenerlos son ya de por sí trabajos de calidad, el Sr. Rajoy, con su equipo de gobierno, ha impuesto a los ciudadanos, con el consentimiento de los demás partidos de la oposición y de los sindicatos que no han hecho, ni hacen nada para impedirlo y ponerlo en práctica, de nuevo, la esclavitud. No son cadenas, ni galeras o plantaciones de tabacos o algodonales a los que son condenados. No. Son condenados a las más míseras de las pobrezas. Es la esclavitud selectiva y de obediencia obligada. Los latigazos de antaño no tienen nada que ver con los de ahora, pero duelen de la misma manera, o más.



Los grandes señores amplían sus haciendas y sus feudos, mientras que los ciudadanos son recluidos a más miserias, a más pobreza.

Este gobierno, como cualquier otro gobierno debería entender y saber que un contrato de 2 horas, al trabajador no le da tiempo a hacer nada y que por lo tanto de lo que se trata con estos contratos es de hacer legal el fraude; los sindicatos también lo saben y lo consienten. Con este tipo de contratos precarios, no solamente se legaliza el fraude, sino que a los poderosos lo hacen más poderos y a los pobres, lo hacen más pobres y como consecuencia de esto, al Estado, también.

Siendo partidario de la globalización en el respeto de los pueblos, de sus costumbres y creencias, los distintos gobiernos del mundo, deberían potenciar la demolición de los muros y fronteras existentes y no potenciar, como lo hacen, el cierre de fronteras y la prolongación o nuevos muros entre las naciones, que es lo mismo que entre las personas. Nadie nació donde quiso, sino donde le tocó y eso no debería impedir caminar por el universo con orden y concierto, sin fronteras, ni muros que impidiera atravesarlo en libertad.

El título de la obra teatral de D. Jacinto Benavente, "Los Intereses Creados" me llevan a pensar en los resultados de los congresos celebrados ayer en Madrid del Partido Popular, así como de Podemos en el que los resultados fueron los previstos; en el uno, que somos los mejores y puedo dar todavía mucho más (por el culo) y el otro, me voy, pero me quedo. Mucho teatro y al final de las funciones de ambos, muchos aplausos para que la vida siga igual, facilitando el fraude, los paraísos fiscales, los contratos precarios de 2-4 horas para trabajar 10-12 horas, los recortes de todos los derechos, los incumplimientos de la constitución con respecto a la igualdad de oportunidades en todos sus aspectos.

Obligados a mal vivir por los intereses creados en donde se cumple aquello de que con este tipo de situaciones los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres.

Los actores viven con sus representaciones y los espectadores mueren en 2-4 horas oficiales y fraudulentamente en 10-12 horas después de haber estado obligados a mal vivir con un trabajo, al parecer, de calidad.


Simón Candón 14/02/2017

domingo, 5 de febrero de 2017

MALOS HÁBITOS



Nos estamos acostumbrando. Hasta parece que no nos causa ni sorpresa ni repulsa comprobar a diario cómo la foto del panorama político en nuestro país está saturada de corruptos, desvergonzados, aprovechados, embusteros, traileros políticos, inútiles, perros fieles, sujetos con enormes tragaderas, estómagos agradecidos, sustitutos de intereses ajenos… toda una fauna de carroñeros amantes de lo podrido, que se completa con una jauría de alimañas dispuesta a morder el cuello de los que se pongan en contra de sus dueños.

Hace algunos años, cuando a un personaje público le sacaban algún renuncio o era pillado, le tocaba, aparte de desayunar con sapos durante una temporada, presentar la dimisión o ser condenado al ostracismo. Hay varios ejemplos, aunque al parecer han pasado al olvido tanto de los ciudadanos como de los responsables de la cosa pública. No cabe otra interpretación cuando hay casos de manifiesta inutilidad, e incluso de mala intención, permitiendo que la mierda que mancha las manos de algunos, se transforme en manjar perfumado de gloria, o al menos que sea tragado así por la opinión pública.

Es frecuente que cuando uno de estos sujetos rodeado de inmundicias pero con el cetro del poder en sus manos aparece, los ciudadanos, en un acto de cobardía, lo entronizan y lo coronan con una aureola de admiración. Y ello, a pesar de que somos conscientes de su corrupción, de su tolerancia total, absoluta y cómplice con los corruptos, de su participación en el amontonamiento de basura y de su interesada defensa del corrupto. Sólo cabe una explicación a esto: ¡hay mucho lameculos suelto, hay mucha cobardía!

Esta sociedad, nuestra sociedad, ha invertido los papeles: ya la honradez no tiene vigencia, ya la limpieza, la sinceridad, la valentía no cotizan en la bolsa de valores sociales. Ahora la moda, lo que se impone, lo que tiene fuerza y fuste es llenar la cartera, sin importar la peste a alcantarilla que desprenda o el hedor a letrina; ahora se lleva que las comisiones por mediar se cobren en negro, ahora los sobres y los regalos se justifican, aunque sean la contraprestación de concesiones oscuras de contratos o favores hechos con dinero público. Y no digamos nada si lo que se ofrece es un sillón que conlleva ciento y pico largo de miles de euros, ¡o doscientos mil, que también los hay! Esta sociedad, nuestra sociedad, tristemente, está aprendiendo a convivir con el estercolero, a respirar la pestilencia de la basura y a limpiar los zapatos llenos de excrementos en las alfombras que tapan las suciedades de los mármoles.

Un cirujano lo tiene claro: Hay que cortar el miembro podrido antes de que se expanda la gangrena a todo el cuerpo. Nuestra sociedad debería aprender: mejor que desaparezca un partido político, y con él todos sus corruptos miembros, que seguir tolerando y compartiendo la pestilencia de la podredumbre.

José Campanario