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viernes, 29 de marzo de 2013

GANAR BATALLAS, PERDER GUERRAS

Todos estamos que rebosamos de alegrías y damos gritos y vítores de ¡vivas! y ¡vivas! por el último asalto de nuestra alcaldesa, Sra. García Pelayo y su equipo de gobierno, que también es nuestro, ¡faltaría más!
 Planteamiento perfecto. Estrategia calculada y exacta. Dominio y marcaje absoluto al enemigo. ¡Vamos! todo una “monstrua” en conseguir y ganar batallas. Y los jerezanos sin saberlo. ¡Qué pena! ¡Hay que saber valorar!
Y se cumplió, aquí, lo de “a la tercera va la vencida”. Y se cumplió.  Gran esfuerzo hizo ella y para conseguirlo empleó, en todos sus frentes, todas sus artimañas, poniendo al frente un batallón de nobles, plebeyos y  vasallos camicaces leales.
Incondicionalmente, bajo promesas de dádivas y prebendas  de gran pecunia, se adhirieron a ella, cuatro de las siete islas que posee la península de Jerez, sin que sus dirigentes consultaran con sus isleños, haciendo estos mandatarios uso de obediencia y pleitesía debida a la gran señora, que se mostró orgullosa de estos, mientras tanto la señora García Pelayo, mostró gran preocupación por las tres restantes islas díscolas, a las que, veladamente, “advirtió” de las desgracias y las inconveniencias de la no adhesión a su vasallaje, recordándoles lo de “las siete plagas”.
Al feudo de la península y a cuatro de sus islas llegaron carros cargados con el botín de la batalla, consistentes en ochenta millones cien mil de euros, con los aplausos y vítores de sus seguidores.
El número de bajas en el campo de batalla fue algo doloroso y espantoso, ya que para conseguir esa “gran victoria y botín”, hubo de perder, “sacrificar” y dejar el dominio de sus manantiales, aljibes, depósitos y  acueductos de agua,  el bien más escaso, necesario y vital de sus nobles, plebeyos y vasallos, durante 25 años, en manos de otro señor feudal con intereses distintos en la gobernanza y en el rendimiento.
Entre tantos jolgorios y fiestas de celebraciones por esta victoria entre botines de batallas arrebatados con prepotencias, desprecios y mofas al enemigo, se cuela el final de la guerra, que pierde la señora feudal, y que pasado poco tiempo entre esta y la otra, se gasta en parchéos, dando prebendas, servicios prestado y caprichos, el trofeo de la batalla, quedándose sin arras para hacer frente al final de la guerra, que pierde por carecer de bienes y “botines”, dejando en desbandada y al desamparo a sus fieles nobles, plebeyos y vasallos, que tanto le aclamaron.
No quisiera yo tener semejante gobernadora en mi isla, díscola de la península, que sigue con su bien universal, haciendo caso al derecho romano que consideraba el agua como una cosa común, y por lo tanto,  fuera del comercio.
La suerte de todos los ocupantes de todos los reinos, es que el aire, el otro elemento principal de la vida, no se puede patrimonializar y por lo tanto, mercadear con él, si no, personajes de este tipo de calaña y de victorias de batallas, también se apropiarían de él, para, al final, perder la guerra.
El Gobierno del ayuntamiento de Jerez de la Frontera, a su cabeza, la Sra. García Pelayo,  incapaz de gestionar lo público, se gasta el dinero, no sabemos en qué, de las generaciones venideras y cede, por 25 años, la gestión del Agua a la empresa privada. ¿Ocurrirá con esto lo mismo que con el ERE? La prepotencia es mala consejera y sus resultados resultan nefastos.
simón candón