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jueves, 21 de junio de 2012


ATRACO (ROBO, HURTO, LATROCINIO, SAQUEO, RAPIÑA, PILLAJE…)

Hace dos día, viendo un programa de televisión (todavía quedan algunos que merecen la pena) surge algo que hace sonar las alarmas: según datos del último mes, los bancos de los países periféricos han ingresado en los bancos alemanes más de 2,5 billones de euros (DOS MILLONES Y MEDIO DE MILLONES DE MILLONES), es decir dos millones y medio de montones de billetes de euros con un millón en cada montón.

La noticia en sí no tendría mayor relevancia, aparte de la enormidad de las cifras que se nos escapa a los simples mortales, si no fuera por el contexto en que se da: una Europa al borde de la recesión económica gracias a la insistencia en las políticas intolerantes de recortes de la Sra. Merkel. Y menos mal que no se ha dado, al menos de momento, el escenario planteado por Dani Rodrik (elEconomista.es, 15 de Junio de 2012) en su artículo “El fin del mundo tal como lo conocemos”, donde plantea una situación apocalíptica. De momento nos hemos escapado de la premisa planteada por el Sr. Rodrik: el triunfo de Syrisa en Grecia y sus consecuencias para la U.E. De los siguientes pasos, todavía nos queda por ver si pueden ser realidad, al menos parcialmente, en un plazo breve de tiempo.

Parece que a la Sra. Merkel se le escapa el dato, o pasa interesadamente por encima de las estadísticas alemanas, según el cual el 50% de las exportaciones de su país se dirigen a los países periféricos antes referidos, es decir España, Portugal, Grecia e Italia. ¿A costa de quien o de quienes está creciendo la economía alemana?, y también que según los últimos referenciales, estas exportaciones han caído en un 30%. Es normal el declive ya que cada vez el dinero que circula en los países citados es menor, con lo cual el poder adquisitivo de los ciudadanos se va reduciendo. Abundando un poco en el detalle, y a modo anecdótico, podríamos indicar que Grecia es el primer país europeo importador de material bélico producido por la industria germana.

Y otro dato, los presupuestos alemanes para 2012 tienen una previsión de gasto de algo más de 300.000 millones de euros, con un endeudamiento previsto superior a los 27.000 millones. Nos surge una pregunta: ¿Quién está financiando realmente la economía alemana? Hay muchos motivos para plantearnos de que, en una parte muy importante, esta financiación sale de los países periféricos. Mucho más cuando, datos en la mano, la prima de riesgo refleja unas cifras escalofriantes: España 530, Italia 425, Grecia 2.500 y Portugal 890.

Pero, por parte de la todopoderosa Alemania (de su gobierno), se sigue insistiendo en la política de austeridad para los países periféricos, en los recortes de los gastos aún a costa de calidad de vida de los ciudadanos. Y existe un motivo claro y contundente, pero no por ello menos frío, calculado y vergonzante: asegurar los cobros de las ventas alemanas a estos países. En realidad es ni más ni menos que la política adoptada por los bancos en relación con el cobro de las hipotecas: se quedan con la vivienda (valorada a la baja en su “recompra”), con el dinero ya cobrado y se aseguran un inquilino sumiso y cumplidor, con lo que se aseguran ingresos a la vez que aumentan su patrimonio, ¡ el de los bancos claro está !.

Parece que la Sra. Merkel y sus correligionarios, han olvidado la postura solidaria de la Unión Europea cuando la unificación de las dos Alemanias, o mejor dicho la anexión a coste cero de la RDA por la República Federal Alemana. Fueron varios miles de millones los que los europeos pusimos encima de la mesa para que el sueño germano de unificación se hiciera realidad.

Para el actual gobierno alemán, encabezado por la Sra. Merkel, parece que la solidaridad europea funciona tan solo en dirección a Berlín. Por cierto que todavía están pendientes de pago las indemnizaciones por parte de Alemania a Grecia (entre otros países) por los destrozos causados por los alemanes en la II Guerra Mundial.

Por otra parte surge un dato que debería hacer reflexionar a la Sra. Merkel: la previsión del crecimiento de su país se calcula inferior al 3%. Y es que, seguimos insistiendo, cuando los bolsillos, gracias a los recortes, se llenan nada más que de esperanzas, las posibilidades de comprar se reducen drásticamente.

Todo ello nos lleva a seguir insistiendo en la tesitura de si no sería mejor para Europa que Alemania fuera expulsada de la Unión Europea.