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martes, 9 de febrero de 2016

MUCHOS TERRORISMOS



Vaya por delante nuestra repulsa y condena sin paliativos a cualquier acto o manifestación, incluidos los apoyos, a los terroristas. Queremos dejar muy clara nuestra postura para que no quede ni tan siquiera la sombra de nuestro rechazo a todo lo que se relacione con el terrorismo.

Una vez dicho lo anterior, queremos expresar nuestra sorpresa por meter en el saco terrorista a dos tirititeros. Es tal la importancia que se ha otorgado a esos dos marionetistas que cuando salgan del trullo donde los ha metido “sin fianza para que no eludan el acudir a declarar ante el juez”, según se ha dicho por la prensa que ponía el auto judicial de prisión, las representaciones de su teatro de marionetas van a tener una audiencia sobredimensionada. De pasar a representar su comedia, por lo que se ve y se escucha en el vídeo de muy baja calidad, ante una docena escasa de espectadores, será representada ante auditorios repletos de público. Desde aquí pensamos que deberían ser sancionados por lo malo del texto y no por las tonterías que a fin de cuentas dicen.

Pero nos asombra enormemente la diligencia del juez para encarcelar a estos dos tirititeros y la falta de diligencia que sería deseable en otros asuntos. Nos referimos a las tarjetas black, a la trama Gürtel, a los Eres, al Caso Palma Arenas, al Caso Noós, al caso del Palau de la Música, al caso Pokemon, a la trama Púnica… Somos muchos los ciudadanos que nos preguntamos por qué están en la calle estos presuntos delincuentes. Seguiremos confiando en la justicia y suponiendo que trata por igual a todos los ciudadanos.

Hay otros “terrorismos” que, aunque no estén así recogidos en el Código Penal, causan muchas más muertes que dos tirititeros de tres al cuarto. Nos referimos a los desahucios, a los recortes en Salud, a los recortes a los dependientes, a las “subidas” a los pensionistas, a los recortes en educación, a la venta de viviendas, a los fondos buitres, etc. Hay todo un catálogo de despropósitos (seremos benevolentes utilizando el término) de los que sus actores salen, no sólo impunes, sino con el bolsillo lleno a costa de la vida y de la miseria de otros. 

Si no nos equivocamos, en nuestro país se han producido más suicidios como consecuencia de los desahucios que por actos terroristas; el último recuento del pasado año 2015 se paró en más de trescientos. También son muy numerosas, de esto no hay “estadísticas oficiales”, entre los fallecidos como consecuencia de la finalización de las ayudas a los dependientes. Tampoco se hace un seguimiento adecuado de las miserias que sufren los pensionistas con los dos euros de subida en sus pensiones. Los datos de los jóvenes que han tenido que abandonar sus estudios no aparecen por ningún lado. ¿Cuántos universitarios españoles han traspasado nuestras fronteras para enriquecer los bolsillos foráneos? Ahora exportamos mano de obra súper cualificada para que el PIB de otros países crezca como la espuma en tanto que nosotros seguimos recolectando limosnas de la UE para comprar coches y electrodomésticos a Alemania.

Repetimos: no están recogidos como delitos estos comportamientos. La pregunta que nos hacemos muchos ciudadanos es: ¿no están matando nuestra sociedad los culpables de estos hechos? ¿No se está desangrando irremediablemente nuestra sociedad? ¿No estamos perdiendo definitivamente el tren del futuro dejando que nuestros mejores cerebros aporten sus plusvalías en países ajenos?

Y es que hay muchos otros “actos terroristas” (o casi) de los que sus autores salen impunes. 

José Campanario