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viernes, 4 de septiembre de 2015

¡QUÉ ASCO!


Las redes sociales están a reventar con la foto del niño de la playa. No hay página de facebook que yo haya visitado que no haga mención a esa foto con un sentimiento de indignación y repulsa ante este hecho. No hay medio de comunicación que no haya reproducido, comentado y lamentado la atrocidad de la imagen. Es verdad que nadie asume tener la culpa ni la responsabilidad de lo que ha sucedido y de lo que sucede con estas migraciones forzadas de huidas inhumanas. Es verdad. Pero también es verdad que todos decimos que la culpa siempre es del otro y así salvamos nuestras conciencias y las descargamos para no soportar el peso inhumano de lo que acontece. Pero... ¿Quién es ese otro? Sin decir quien, el niño sirio Masalmeh lo dice todo y da la solución al problema cuando pide: "Por favor, ayuden a los sirios. Los sirios necesitan ayuda ahora. Solo paren la guerra, nosotros no queremos quedarnos en Europa."  Es muy simple su petición y nada más que pide una cosa,  que paren la guerra. Y aquí viene el problema, el gran problema que siendo una cosa tan simple, como es parar la guerra, lo complique "el otro" y no la pare por intereses espurios. El Dólar, el Yuan y el Euro, con la ayuda de la Libra Esterlina, comandan ese "el otro" que hace que lo humano se convierta en inhumano, que la paz se convierta en guerra y que las poblaciones se trasladen de un sitio para otro a pesar que éstas quisieran quedarse donde están y de donde son. Y ahora nos da esta imagen del niño de la playa:




y en el año 2000 nos daba esta otra imagen en una playa de Tarifa, que capto Javier Bauluz "en la que se ve a unos veraneantes plácidamente sentados bajo su sombrilla en la playa, con su nevera y sus cucas toallas, mientras unos metros más allá un cadáver de un inmigrante subsahariano ahogado con su patera yace en la arena, ignorado"




Este mundo globalizado donde los intereses se han hecho universales, donde las sensibilidades se han hecho insensibles, donde priman más el bienestar de unos pocos que el de unos muchos, donde el poder hace estragos organizando guerras para apoderarse de los bienes naturales que corresponde a la universalidad para someter a los pueblos a sus caprichos, ese "el otro" del dólar, del yuan y del euro, con ayuda de la libra esterlina, son los que hacen que imágenes como estas y otras se den cada día en los distintos puntos del planeta, que visto desde alguna nave espacial, no se distingan fronteras algunas, ni "bichos" vivientes dueños del mismo,  pero que puesto el pies en tierra, el polvo de la indignidad cumbre por entero las botas de los "amos"

Ya el poeta lo decía, que poderoso caballero es don dinero y este canto del poeta, encerraba la tragedia más corta y más extensa de todas las obras escritas por nadie, cuyo argumento es la avaricia de la humanidad por los bienes materiales a costa de la propia existencia de la vida.

Cuando la temperatura de la fiebre de la indignación pase, y esto no tardará mucho en el tiempo, nos olvidaremos de que un día nos encontramos con la fotografía de un niño muerto en la playa y en la misma posición de como si durmiera, después de jugar con las olas, y descansara en las arenas.

La tragedia del todo poderoso caballero don dinero se representa cada día en el teatro de la vida y esta representación, cada día, me da más ASCO.

Es verdad que nadie asume tener la culpa ni la responsabilidad de lo que ha sucedido y de lo que sucede con estas migraciones forzadas de huidas inhumanas. Es verdad. Pero también es verdad que todos decimos que la culpa siempre es del otro.


Simón Candón 4/09/2015