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viernes, 12 de junio de 2015

LA CASTA Y LOS EMERGENTES


Cuando escribo esto, todavía hay confusiones y empujones entre todas las formaciones políticas que están llamadas a llevar durante estos cuatro años venideros, tanto en ayuntamientos como en comunidades, el mandato de lo que han expresado los ciudadanos en las urnas. A pocas horas para que se constituyan los gobiernos, el mercadeo es apabullante y la incertidumbre, desconcertante.

La Casta, por un lado, continúa en sus treces en querer mantener su status a costa de ceder en lo que haga falta con tal de mantener el Poder. Le da igual moverse a un lado u a otro o quedase quieta, lo importante es mantener el Poder. La Casta es la indecencia de los indecentes, porque… ¿dónde la ética?  ¿Dónde las vergüenzas? ¿Dónde la dignidad? La Casta, instalada en el todo vale, le da igual de la ciudadanía porque la ciudadanía le importa un bledo, no es su interés, su interés es el Poner, el manejar y el salvar los privilegios de unos pocos en detrimento de unos muchos. Me ha decepcionado y decepciona tanto y tanto que cualquier cosa que haga, por muy bien que lo haga, nunca contará con mi confianza. Estaré receloso de sus movimientos. Son tantas las veces en las que he creído para luego tener que descreer, que mi inocencia se ha roto de tanto y tanto creí/miento. Tantas veces, la Casta, ha manoseado la confianza deposita en ella que de tanta usarla la ha gastado. La Casta lo mismo utiliza la democracia que la dictadura y es camaleónica. La Casta utiliza la democracia para imponer lo que le conviene por encima de lo que la militancia pueda pensar, que es lo de menos para ella, porque lo demás, es el Poder. ¡Qué importa lo que piense, diga y acuerde la militancia! Los intereses de los partidos están por encima del bienestar de los ciudadanos y prueba de ello es el uso torticero que hacen de los resultados de la voluntad de éstos en las urnas para interpretarlos a sus caprichos. Sin irnos lejos, aquí, en nuestra Andalucía ha primado el interés de un partido de La Casta, por su conveniencia, para incumplir el mandato que los ciudadanos andaluces le habíamos dado, que era gobernar cuatro años y, en este caso, este partido ha violentado a todos los andaluces al llevarlos a participar de una farsa e intereses de un “parto” de elecciones mal llevadas. La soberbia y la prepotencia de La Casta, arrastra y aniquila la voluntad y el mandato de los ciudadanos. De ahí a la dictadura, un paso, bueno, menos, ni siquiera eso. No me puedo callar lo sucedido en estas elecciones municipales en un partido de La Casta, PSOE, en concreto en una agrupación de Jerez de la Frontera. En esa agrupación, los militantes eligen reglamentariamente, según sus estatutos, en tiempo y forma a la que iba a ser su candidata a la Junta Vecinal Local (alcaldesa) por el partido, elección que no es reconocida por la Secretaria General Provincial de Cádiz, Irene García, que, además, impone una candidata que ni siquiera es del partido, saltándose todo lo habido y por haber, dando la callada por respuesta y haciendo caso omiso a las reclamaciones de esta agrupación reclamando su derecho de independencia en la proclamación de su candidata. Ante esta situación, la agrupación se dirige a Susana Díaz y a Pedro Sánchez, recibiendo, también de estos, la callada por respuesta. La militancia es ninguneada y no tenida en cuenta, recibiendo del partido “democrático” que dice tomar las decisiones desde sus bases, el más rotundo golpe dedocrático desde las más altas direcciones. Y es lo que hay. Consecuencia: toda la militancia de esa agrupación  se dio de baja consecuentemente de un partido que se dice “democrático”. Esta actuación anti-demócrata y dictatorial de este partido de La Casta, no es un caso aislado, sino norma de La Casta en general, que le importa mucho el Poder y poco la ciudadanía. Una dictadura revestida de democracia es dictadura pura y dura. El ordeno y mando va por encima de la toma de decisiones de los ciudadanos. Y así nos va. Según Pedro Casaldáliga: “el liberalismo es: homicida, suicida y ecocida” y es en lo que estamos.

Los Emergentes, surgidos del descontento manifestado en aquel 15M sin liderazgo alguno, de la voz indignada del Pueblo, cansado de tantas atrocidades de pérdidas de derechos esenciales de las personas y de las cosas provocados por La Casta, se manifiestan como un movimiento cambiante y renovador que ilusiona y pone a pensar a los de La Casta, porque ven peligrar sus privilegios y también a la  aletargada sociedad, que empieza, de nuevo, a despertarse y moverse en ese sentido. De ahí, bienvenido Los Emergentes. A esta moda se apuntan a liderarla unos jóvenes profesores universitarios que destacan en su valentía y apuestan por llevarla hacia adelante con todas sus consecuencias y aparecen como si nada fuera para en la elecciones europeas dar el campanazo y recoger todo el descontento y el cabreo con La Casta. Conforme se van desvelando sus intenciones, empiezan las arrogancias que se presume del poder. Sus movimientos entran en muchas ocasiones en contradicciones y no acaban de arriesgarse a liderar ese rompimiento que necesita esta sociedad para dejar lastres que abruman a sus ciudadanos. Caso como el de Podemos, entiendo, no acaba de ser claro ya que está anteponiendo estrategias de partido, se ha convertido en lo que detestaba, participando en las distintas elecciones con distintas marcas para no perjudicarse en su propia marca, y así se disfraza de “Ganemos”, etc. Entiendo que esta forma de actuar no es honesta ni honrada. Y… si actúa como está actuando, para mí, no es de fiar. Es más de lo mismo. Lo bueno de todo esto, de Los Emergente actuales, es que han despertado la conciencia y actuación aletargada en la que estaba sumida esta sociedad y la ha puesto a trabajar para los años venideros.

Los tiempos pasados de la transición fueron de rebeldía, de esfuerzo, de trabajo y de esperanza para una sociedad que salía de una dictadura que decía que lo había dejado todo “atado y bien atado”, para pasar a “sin prisas, pero sin pausas” y llegar a la sociedad del Bienestar para en nuestros días estar en la de la Precariedad.

Faltan todavía unas horas y La Casta y Los Emergentes se dan codazos para ver quien se hace dueño del Poder. Los tiempos han cambiado. Las formas han cambiado. Los conceptos han cambiado. Los valores han cambiado. Los dioses, cada uno tenemos los nuestros. Muchos muros se han derrumbados y otros se han levantado. La vida sigue. El ansia de Poder continúa y es infinito y las personas, aunque distintas, continúan. Es la hora y hay confusión. Todos somos enemigos a batir. Cada instante que pasa, unos se sienten satisfechos y orgullosos y otros se sienten decepcionados y traicionados. Los empujones, codazos y malas artes están a flor de piel. Mañana, cuando los distintos plenos de ayuntamientos formalicen quienes gobiernan, empezará un nuevo ciclo en el que La Casta y Los Emergentes deberían, si de verdad les importara la ciudadanía, dejar atrás esas pugnas y trabajar por el bien común y no por el particular, pero ¡claro!, esto último es una utopía.

Simón Candón 12/06/2015