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miércoles, 13 de enero de 2016

EMPIEZAN LOS PACTOS



La derecha pacta. Es la noticia que ocupa hoy los titulares de la prensa. Bueno no exactamente así; lo que dice la prensa es que ha habido acuerdo para la formación de la mesa del Congreso: de nueve miembros 3 del PP y 2 de Ciudadanos, o sea 5, lo que es lo mismo, mayoría para echar para atrás lo que no interese. Y el PSOE de espectador de excepción, aunque algunos malpensados dicen ya que de colaborador necesario. Eso es al menos lo que se puede pensar al haber obtenido el “premio” de que el Presidente de la cámara será Patxi López. Todo sea por obtener las prebendas del cargo (coche oficial, despacho propio, dietas, postureo, etc.).

El acuerdo, por más que lo quiera justificar a partir de ahora el PSOE, no tiene otro motivo que no enfadar al “mercado”. Se margina a los del chico de la coleta y de paso se admite que no se tratarán temas molestos, se garantiza que en las “reformas” realizadas por el PP para conseguir “salir de la crisis” no habrá marcha atrás y que la línea política que se va a seguir no va a desestabilizar el “mercado”. En definitiva el mensaje es claro: los “mercados” no tienen que preocuparse de nada, todo va a seguir igual.


Esos son los motivos reales que han movido al acuerdo. Ahora vendrán las explicaciones, las justificaciones de los pactantes, amparadas por la prensa de estómago agradecido, tratarán de hacer ver que es un acuerdo que beneficia a todos y que lo han cerrado en aras al interés de los ciudadanos.  Como decía la esposa del “honorable” a su no tan “honorable” marido: “son dos meses”. Y es que la clase política tradicional antepone siempre, al menos en sus declaraciones, el interés de la ciudadanía: que nadie busque intereses ocultos, lo que prima siempre es beneficiar a la gente de a pié.

La realidad es que hay una gran mayoría de los que escuchamos estas manoseadas frases una y otra vez, que tenemos claro que se han aprendido el manual de memoria y lo recitan sin ningún esfuerzo y sin sonrojarse siquiera. Lo que deducimos es que nuevamente vuelve la casta. Ahora el muchacho de la coleta se ha sacado un nuevo palabro de la manga: el bunker. Es lo mismo, yo sigo prefiriendo, por ser mucho más gráfica, la casta. Porque el concepto político de casta es el que coincide con el de politicastros.

Lo que salta a la vista es que desgraciadamente hay muchos que han abandonado, al parecer de forma definitiva, los principios éticos y la ideología que deberían inspirar unas siglas centenarias. Han vaciado unas siglas llenas de contenido a cambio del plato de lentejas. Cuando la gente les dé la espalda se seguirán amparando en las maniobras, el mangoneo y la desvergüenza. Seguirán haciéndose las víctimas incomprendidas por los ciudadanos que no saben apreciar y valorar sus sacrificios. Cada vez algunos tienen más claro su destino final: el limbo al que deben ser condenados los mercaderes de valores.

Que nadie se llame a engaño: de este acuerdo a permitir que siga gobernando la derecha, no hay más que un paso.

Nino Granadero.