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viernes, 2 de mayo de 2014

PUBLICO-PRIVADO


El debate entre lo público y lo privado viene de viejo, tan de lejos que hay historiadores que lo sitúan en la prehistoria. Y lo peor del caso es que todavía sin resolverse. ¡Y lo que te rondaré morena, que diría el paisano…!

Los defensores y detractores para ambas opciones se siguen situando donde siempre han estado políticamente: los defensores de lo público en las opciones progresistas frente a los conservadores defensores a ultranza de lo privado. Y sigue la tendencia en los mismos parámetros.

En estos tiempos que corren, parece que se ha trastocado un tanto el sentido sobre lo que es privado y lo que es público, el debate no se centra en qué es mejor y que opción ofrece mejores garantías de gestión y más ventajas a los ciudadanos. Ahora parece que se tiende a privatizar para beneficiar a los amiguetes de turno de los que copan el poder.

Hemos podido comprobar cómo empresas púbicas, hasta no hace mucho solventes y que aportaban beneficios a las arcas públicas, lo que redundaba en mejores y más servicios a los ciudadanos, ya no son rentables. Asistimos al desplome de beneficios y los consiguientes números rojos de las empresas públicas, en las que por cierto cada nuevo gobierno, sea del color que sea, aumenta los Consejeros y altos cargos, altísimos según sus emolumentos. Cuando ya está hundida del todo la empresa, se recurre a privatizarla; el aguililla de turno ofrece dos perras gordas por la explotación, se queda con las instalaciones y el mercado y al poco tiempo, ¡oh milagrosa mano privada!, los balances comienzan a arrojar beneficios.

Esto ha sido puesto en práctica de forma continua por los gobiernos conservadores y algún que otro que, supuestamente, no eran tan conservadores. Las consecuencias, nefastas para los ciudadanos, es que determinadas personas y entes privados se están enriqueciendo a pasos agigantados mientras, por el contrario, se reduce a la mínima expresión el patrimonio público, adquirido con dinero de nuestros impuestos, con los impuestos de los ciudadanos queremos decir.

Parece que la gallina de los huevos de oro está a punto de cascarla y hay que buscar nuevos asentamientos financieros y empresariales. Dicho en román paladino: hay que ver donde se puede seguir saqueando para que se forren algunos a costa de “lo público”. Los nuevos yacimientos de dinero fácil pasan ahora por privatizar el sector servicio, el sector público se entiende porque el privado, por ejemplo la banca, no se puede tocar. Se intenta privatizar la sanidad privada, que de momento, no durará mucho, se ha paralizado por los tribunales, se trata de obligar a los ciudadanos a llevar a sus hijos a la educación privada desmantelando la enseñanza pública, se está tratando de privatizar el transporte que todavía está en el sector público, etc. Lo más sorprendente es que se comienza a privatizar la gestión del agua; sí la que bebemos y con la que nos lavamos, ese agua que nace del corazón de la tierra y circula por nuestros ríos, esa que nadie nunca ha podido dominar, es la que se pretende que tenga propietario ahora. ¡Hasta dónde llega el afán de apropiarse de todo por estos nuevos-viejos buitres!.

Lo más curioso o desvergonzado, tómelo como quiera amigo lector, es que se reducen costes a base de rebajar calidad, prestaciones y servicios. Pero lo más sorprendente es que todavía, a pesar de la indiscutible eficacia y sapiencia y buen hacer de los gestores privados (¿), estos servicios siguen siendo deficitarios, es decir que cuestan el dinero. ¿Cómo se arregla el despropósito?, muy fácil: se compensan las pérdidas a los gestores privados. Por supuesto que con dinero público, es decir, de nuestros impuestos, ya que los empresarios privados no pueden perder dinero. La esencia del empresario es ganar, lo pondremos con mayúsculas para que quede claro lo esencial de un buen empresario: GANAR DINERO. Claro que así cualquier currito es capaz de asumir la gestión de lo que sea. Pero no, los únicos cualificados, preparados y entendidos para desempeñar tan alta y eficaz gestión son los amigos, amiguetes y asimilados a los que detentan el poder.

Lo que cualquier hijo de vecino descubre con esto es que el objetivo es muy sencillo: arrasar con todo: se llevan nuestro dinero, el de todos los españoles. Con todo el dinero queremos decir que los ciudadanos hemos puesto para tener derecho a unos servicios públicos decentes. No es tal derecho, sino la compensación obligada que corresponde a los sacrificios que hacemos pagando nuestros impuestos (por ahí hay un señor que ahora es Presidente del Gobierno que decía antes de las elecciones que pagábamos los impuestos más altos de Europa y, al menos que se sepa, desde que el Sr. Rajoy está en el poder, no se han bajado).  Parece que todo consiste en llevárselo calentito. Para ser empresario en España lo importante es saber llevarse el dinero, no producir riqueza. Ejemplos los hay muchos, variados, conocidos y con personajes muy importantes, algún que otro hasta ha sido presidentes de los patronos, metidos entre rejas.

Bueno pues, para ir concluyendo, gracias a los defensores de la gestión privada de lo público (toda una contradicción), tenemos a los dos años de estar de Presidente del Gobierno el Sr. Rajoy casi DOS MILLONES más de parados, nuestra deuda pública se ha disparado en más de 23,5% respecto a la que había cuando salió el anterior gobierno (al que por cierto en estas páginas le hemos dado caña en cantidad y no nos arrepentimos de haber dicho lo inútil y nefasta de la presidencia del Sr. Zapatero) y las previsiones son que supere al 100% del PIB para el año que viene. O sea que vamos a estar pagando deuda de por vida gracias a la “enorme y eficaz” gestión de los amigos del Sr. Rajoy entre los que sobresalen los Sres. Montoro y de Guindos, apoyados por la Sra. Sáenz de Santamaría, de la que por cierto es una falacia dudar de su honestidad, cuando ella estaba en la oposición si era lógico de dudar de la honestidad de los demás (repasen las hemerotecas).

Nos van a dejar el país en la ruina, lleno de parados, sin patrimonio y en bancarrota. Lo que entre vecinos se dice hecho unas zorras, en la más profunda ruina. ¡Estos defensores de la gestión privada…!
Nino Granadero


PD: Un consejo para la portavoz parlamentaria del PSOE: cuando pregunte a alguien del Gobierno, en lugar de decirle si ha cobrado en sobres dígale si ha sido en dinero negro, así no tiene la escapatoria de contestar que “en mi puta vida en cobrado sobres”. Por cierto que los sobres se cogen, se trincan, se pescan, se atrapan, se toman, se agarran, se enganchan, etc., pero lo de cobrar como que no. ¿Se entiende?