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lunes, 11 de mayo de 2009

Y SIN EMBARGO, ME NIEGO A ADMITIRLO.

Y sin embargo, me niego a admitirlo.


El Pueblo o no está, o está dormido. ¿Que le pasa al Pueblo? Mejor, el Pueblo está zombi. No puede ser que esté ocurriendo. No puede ser. Me niego a admitirlo. ¿Qué no haya nadie? ¿Qué esté dormido o zombi? Me niego a admitirlo. Es que es muy fuerte todo lo que está pasando. Aumento del paro a un ritmo vertiginoso para llegar a final de año al 30%; morosidad en este año sobre el 10%; déficit público alrededor al 8% de PIB; riesgos de todo tipo y aquí nadie se mueve. El Gobierno dice que no tenemos por qué preocuparnos, que para eso está él, que si hay que garantizar las pensiones, se garantiza, que si prorrogar el paro, se prorroga, que si avalar los bancos y empresas, se avalan, que si arreglar cualquier inconveniente, se arregla, que el Pueblo esté tranquilo, que no pasa nada, que todo lo que se habla, se dice, se comenta es de mala fe y antipatriótico. Y el Pueblo o no está, o está dormido, o mejor, está zombi.

De la sospecha y la duda sobre la quiebra de España hemos pasado a plantearnos la posibilidad real de la misma, pero… ya se encarga el Gobierno de suministrarnos todos los día la dosis necesaria de anestesia.

Hace un año, se consideraba de dinamita pura la cifra de cuatro millones de parados, de los que un millón serían andaluces, para la paz social. Hoy los sobrepasamos. Y… ¿Qué pasa? ¿Dónde están esas voces? Están pagadas y apagadas ¿Pagadas? Pero… ¿Cómo pagadas? pero si, pero si, bueno, pero si es que hay muchas de estas voces que nos les queda ni siquiera el aliento. ¿Dónde sus representantes parlamentarios tanto autonómicos como nacionales? ¿Dónde sus representantes sindicales? ¡Ah! Los primeros nos han llevado a la situación en la que nos encontramos en la actualidad y la que nos espera en el futuro inmediato y… ¿saben a quienes representan? A ellos mismos y sus propios intereses, y los segundos, los representantes sindicales, no los son de los parados, los son de los ocupados, de sus “liberados” a quienes “defienden” en convenios, etc.…, pero a los parados, a los parados, los sindicatos les ha quitado la mecha a la “dinamita pura” impidiendo con sus silencios y sus alabanzas al gobierno lo que por menos de lo que pasa hoy, sus voces habrían chillado ya una Huelga General con todos sus “avios”. Entonces, a los parados ¿quién o quienes los representan? ¿Quién o quienes los defienden? Nadie. Como dice D. Francisco J. Ferraro: “¿Qué pasaría si los desempleados se organizasen de forma autónoma?” Seguro, seguro que otro gallo cantaría, mientras tanto el Pueblo o no está, o está dormido, o mejor, está zombi.

Y sin embargo, me niego a admitirlo.

Simón Candón 12/05/09