Yo no me he equivocado al
depositar mi voto aquel día del 20 de Diciembre último pasado. Yo no me
equivoqué. Cumplí con mi deber de ciudadano al depositar mi voto en la urna de
la mesa que me correspondió y no me equivoqué. Estoy seguro. No, no me equivoqué. Fui responsable y cumplí con
la parte que a mí me correspondió ese día. Igual que yo, el restos de los
muchos ciudadanos españoles con derecho a ejercer el voto. De la manifestación
de ese ejercicio de votar ese día, salió un mandato. Un mandato muy claro y
contundente. No hay que buscarle los tres pies al gato, ni darle más vuelta.
Mandato claro y contundente: Formaciones políticas, poneros de acuerdo, no sois
merecedoras de que a ninguna les demos ni la mayoría absoluta, ni siquiera, la
mayoría simple. No la merecéis. Poneros de acuerdo. Es vuestra responsabilidad.
Han pasado exactamente
ciento diecisiete días (117 días) y todavía no habéis ejercido esa responsabilidad, de
lo que se deduce que las formaciones políticas, que tanto exigen a los
ciudadanos, dirigidas por sus líderes, son unas irresponsables. A partir de
aquí, me pregunto: ¿en qué manos hemos puesto el destino de este País? ¿en
irresponsables? ¿en mediocres? si estas generaciones que han crecidos en
libertad, en la tolerancia, en la comprensión, en el esfuerzo, en el estudio,
en la cultura, en las universidades, en el trabajo y en la convivencia bajo
unas normas que nos dimos en el 78 con una Constitución, que quieren liderar el
presente y el futuro de España, si estas generaciones a las que se las
consideran las más preparadas de todos los tiempos no son capaces de dar la
talla, visto lo visto en sus comportamientos en las formaciones políticas que
lideran, si no son capaces de cumplir el mandato que recibieron ese día 20D
porque el interés de la formación política correspondiente o la personal del
líder está por encima del interés general de los españoles, entonces, apaga y
vamos. No es que no hayan entendido el mandato, no, es que la ciudadanía les
importan un bledo.
Voy a emplear una palabreja
que, parece ser, está de moda en el vocabulario de los políticos que cada día
arengan en las irresponsabilidades de los demás y nunca de las propias, y esa
es "el postureo". Si amigos lectores. "El postureo" que
define la aptitud de los cuatro líderes a los que las distintas formaciones
pusieron al frente para llevar a cabo el mandato recibido de los ciudadanos.
Éstos, los líderes, los cuatro del "postureo", juntamente con sus
formaciones respectivas, están haciendo pasar a todos los ciudadanos por los
infiernos de la Divina Comedia, porque para comedia... no hay quien les ganen.
Un día sí y el otro también,
los ciudadanos, nos levantamos con uno o varios casos nuevos destapados de
corrupción de los otros ciudadanos "privilegiados aforados" políticos,
que han metido la mano en el bolsillo público o en el cobro de derecho a
pernada a los favores prestados a particulares o empresas. Nos, ERES, Bárcenas
y lo penúltimo, Panamá, a los ciudadanos de a pié, nos llenan de rabia
contenida y se lo consentimos a estos bellacos con solo las críticas y el
cuchicheo de tertulias televisivas, reuniones de amigos en bares y excursiones
campestres, en donde echamos fuera nuestras adrenalinas, maldiciendo a estos
malhechores y arreglando el País a nuestra manera, para a continuación, cruzar
los brazos y esperar al día siguiente el último bombazo, porque como viene
sucediendo y sucede, todavía queda mucho por ver, y si no que se lo pregunten a
ex-honorable con sus amenazas.
Mientras que los hospitales
públicos cierran plantas enteras, las urgencias se colmatan, las salas de observaciones
se hacinan, los enfermos de cáncer recorren kilómetros y kilómetros para
recibir sus tratamientos de quimioterapia,
o aquellos enfermos que padecen una de esas enfermedades de las llamadas "raras",
tienen que "mendigar" a la ciudadanía los medios económicos para
poder recibir sus tratamientos y medicación, mientras todo esto ocurre por
falta de presupuesto público para atender estas carencias, por traer aquí solo
una muestra de lo que está pasando en los últimos tiempos, porque hay muchas
más, mientras que todo esto ocurre, estos cuatro mentecatos se dedican "al
posturero" y a tirar el dinero de todos los ciudadanos. Desde el 20D hasta
la celebración de las nuevas elecciones, que creo que se celebrarán, porque
todos los tiros van a dar a la misma diana, los cargos públicos elegidos y sus
"acompañantes" van a costar a las arcas públicas del orden de los 36
millones de euros por no hacer nada, bueno sí, "el postureo", y si le sumamos los otros 200 millones de
euros que le va a costar todo el nuevo proceso electoral, pues tenemos 236
milloncejos, "ná de ná", que van a salir alegremente y sin pudor alguno
de las arcas del Estado, y todo, por ejercer y practicar estos cuatro
irresponsables, juntamente con sus formaciones, "el posturero".
Mucha culpa de lo que ocurre
en este País la tenemos los ciudadanos de a pié, que le permitimos y le
consentimos todo a la gran élite.
Los ciudadanos de a pié nos
hemos encerrado de tal manera en nuestras casas que parece que todo lo que
ocurre fuera de ellas, no nos conciernen.
Los ciudadanos de a pié, nos
falta calle. Tenemos que tener más calle.
Los ciudadanos de a pié, no
podemos, ni debemos permitir que la calle siga secuestrada. Lo de la calle es
mía, debe quedar para siempre enterrada con bloques y planchas de hormigón.
Los ciudadanos necesitamos
ejercer en la calle y al aire libre y no en los templos de nuestras casas.
Este sistema huele a
podrido. La corrupción y la mentira se han apoderado de él.
Hoy, "un mirlo
blanco" ha aparecido revoloteando por los cielos de España. Hoy ha
dimitido un ministro, "presuntamente" corrupto y mentiroso, hijo del
sistema.
Que conste, yo he cumplido
con mi deber, lo mismo que los muchos ciudadanos españoles que ejercieron su
derecho al voto el 20D. Los cuatros irresponsables y mentecatos, juntamente con
sus formaciones, a estas alturas, no lo han hecho.
Simón Candón 15/04/2016