Desde
que el ínclito “Ánsar” pasó, o lo pasaron, a un segundo plano, don Mariano, su
alter ego, no deja de ser un auténtico manantial de inspiración para mis
artículos. Da mucho de sí por muchos motivos: por su triste y monótona figura,
por su discurso de electro encefalograma plano, por su continuo desconocimiento
de todo, por su incapacidad para liderar nada y por su paso atrás en casi todo…
es triste, muy triste, y dice poco de nuestro país, soportar un Presidente de
estas características. Bueno, pues a pesar de todo, le haremos el honor de
dedicarle unas líneas. ¡De nada don Mariano!
Su
última entrevista ha rizado el rizo; sobre todo por la frase que la resume “No
tengo un sucesor natural” (Rajoy dixit). Los lectores del Financial Times deben
pensar que los conservadores españoles deben estar muy mal.
En
un líder de talla no sería extraño: es difícil encontrar una persona que
aglutine voluntades, que represente valores y que reúna esperanzas. Pero en la
concreción de “liderazgo” del Sr. Rajoy,
la verdad es que dice poco de su formación política que no tengan capacidad
para encontrar alguien que le suceda. Un político de perfil tan bajo como don
Mariano no es muy complicado de encontrar. ¿Tan mal está el PP que no es capaz
de proponer una persona que iguale o supere al “líder” actual? ¿No hay entre
los jóvenes cachorros de la derecha española nadie con preparación, mente,
recursos y capacidad para sustituir a alguien que cada día que pasa demuestra
su poca talla?.
Don Mariano es un cliché en blanco y negro
del pasado, una pantomima de la caricatura (que en nada se parece a la
realidad) del gallego de mediados del siglo pasado. Nunca se sabe si va a hacer
algo o si va a mantener su postura de don Tancredo, sus soluciones son que los
problemas se arreglen solos, o que los solventen otros.
El
ejemplo más claro de su inmovilismo (nos resistimos a llamarlo cobardía) ha
sido no ser capaz de encabezar una iniciativa para formar gobierno cuando, y lo
ha repetido hasta la saciedad, ha sido el suyo el partido más votado. Y lo más
irónico es que se atreva a criticar a los que lo han intentado. Es el
comportamiento más desleal, democráticamente, que se puede mantener: que el
partido más votado no intente formar gobierno, es sencillamente impresentable.
Otra
constante en don Mariano: Nunca se entera de nada; de nada negativo de los que
están en su partido. Cuando son imputados por corrupción siempre es lo mismo: “no
tenía conocimiento de esos hechos”; lo ha dicho en varias ocasiones cuando lo
han entrevistado en los medios afines. Pero eso sí, se toma la máxima celeridad
en proteger a algunos colocándolos en puestos que les garanticen la inmunidad
(hay varios ejemplos y siempre siguen las mismas pautas).
El
comportamiento del Sr. Rajoy no da lugar a dudas de lo que no debe ser un
líder: nunca da la cara, escurre las preguntas incómodas tras el plasma, miente
constantemente, contradice lo que prometió, es incapaz de afrontar los
problemas, no puede (¿o no quiere?) acabar con la corrupción en su partido,… un
dechado de “méritos”.
Hay
algo que debemos dejar muy claro a los que voten a la derecha española: votan
mentira y al partido con más corruptos de Europa y votarlos es admitir que la
política puede estar llena de corruptos.
Y
un mensaje, sobre todo a la generación más joven con derecho a votar: quedarse
en casa favorece tan sólo que, los que han tomado España como su cuadra
particular, sigan campando a sus anchas. Si queremos que nuestro país cambie
hay que ir a votar y votar en conciencia, sin escuchar los cantos de sirena de
la prensa cercana al “régimen”.