El Sr. Rajoy es un pozo inagotable de
inspiración para cualquier columnista que se precie. ¿Qué haría la prensa sin
poder poner día sí y día también los “patinazos” de don Mariano, las
“ignorancias” del jefe (en funciones) del Ejecutivo, sus “negativas” a explicar
nada a los representantes elegidos por el pueblo (¿plebeyo deriva de pueblo?),
etc. La última es de auténtica traca: ni don Mariano ni nadie de la cúpula del
PP “sabía nada de los que ocurría en Valencia”. De seguir así, haría muy bien
el Sr. Rajoy cobrando por sus “cosas” (previa declaración legal de
compatibilidad, ¡eso sí!).
La última traca suena mucho más a mascletá:
“El PP no sabía nada de lo que ocurría en Valencia”. Y eso que han tenido más
de 20 años para enterarse; ¡pues ni por esas!. Esto puede desembocar en dos hipótesis,
la primera opción sería que realmente no sabían nada y la segunda que se hayan
podido hacer los “tontos”.
Tanto en uno como en otro caso, el asunto es
de mucha gravedad. En cualquier país de nuestro ámbito, es decir, europeo,
habría habido una auténtica cascada de dimisiones. Pero aquí no pasa
absolutamente nada, “mantenello que no enmendalla” que decía el favorito de los
reyes idiotas.
Verá usted, Sr. Rajoy, en Valencia hay
evidencias de que han ocurrido cosas muy graves, y cuando usted dice que El PP
no sabía nada de lo que ocurría en Valencia”, es que está asumiendo que han
ocurrido cosas que no se ajustan a la normalidad y que usted ya está enterado
del comportamiento “irregular” de cargos públicos de su partido. Y usted, Sr.
Rajoy sigue sin asumir responsabilidades, aunque eso sí, cuando le toca el
turno a los demás se le llena la boca de exigir que sean consecuentes y
dimitan. ¡Aplíquese el cuento don Mariano!.
La práctica empleada por el Sr. Rajoy de
apoyar y hasta de poner la mano en el fuego por más de uno que ahora está entre
rejas, ya que han sido juzgados y declarados culpables, es decir delincuentes,
indica que pudiera ser que se haya empleado la táctica del avestruz: esconder
la cabeza para no ver lo obvio. Salta la duda razonable, muy razonable, de si
realmente no sabían nada ni el Sr. Rajoy ni toda la cúpula del PP a nivel
nacional, del estercolero donde, al parecer, estaba asentado el partido
conservador en Valencia. En cualquier caso los ciudadanos de este país se preguntan
si han sido torpes, realmente torpes, además de sordos y ciegos por no ver lo
que era vox populi.
La conclusión es clara: ni don Mariano
Rajoy, ni nadie de la dirección nacional del PP está legitimado para dirigir
ningún gobierno; y ello por dos motivos: o sabían lo que había en Valencia, en
cuyo caso serían copartícipes de la corrupción o no lo sabían, que es lo que
dice el Sr. Rajoy y, seremos bien pensados, debemos creer sus palabras. En este
caso la conclusión es que el Sr. Rajoy es un inepto que no es capaz de
controlar ni siquiera su propio partido.
En ambos supuestos, el Sr. Rajoy no está
capacitado para ser Presidente del gobierno; si no es corrupto, su inteligencia
deja mucho que desear, lo que tampoco lo hace idóneo para ser Presidente del Gobierno.
Se está extendiendo una cantinela a nivel de
calle: tienen la cara como el cemento armado.
José Campanario