Cuando no se tienen argumentos o
se han perdidos y se quiere convencer a los demás de algo que se pretende o
interesa para sí mismo, siempre se recurre “al sentido de la responsabilidad de
los demás” para que el otro se sienta culpable a lo que no se ha atenido de lo
que se le ha pedido. Y es el caso de la Presidenta en funciones de la Junta de
Andalucía. Porque… ¿Fue por su parte responsable el anticipar las elecciones
autonómicas? ¿Quizás tuvo inestabilidad en su gobierno? ¿Sopesó lo que le
interesaba a Andalucía? ¿Clamaban los andaluces por ese adelanto? ¿Fue por el interés
general por la que las adelantó? ¿No fue por su propio interés por lo que las
adelantó un año antes de que se cumpliera el mandato de los andaluces? ¿De qué
va esta presidenta en funciones? ¿De qué va?
Echa a sus socios de gobierno. Se cree el cuento de la lechera. Se le
rompe el cántaro y una vez despierta, ahora reclama “responsabilidad”, siendo
la más irresponsable del globo. Por Dios. Por Dios. Por lo menos, un poquito de
coherencia y decencia, al menos. No pida lo que no ha sido capaz de dar.
Pasa lo mismo que con los ex presidentes.
Mucho “amor” por Andalucía. Mucho amor, pero que cuando le han visto las orejas
al lobo, los dos, se han quitado de en medio sin rubor alguno. Del primero no
es de extrañar porque vino “a palos” y se quedó hasta que tuvo la excusa
perfecta (y tardó mucho tiempo) para volver, de nuevo, al lugar de donde vino,
y el segundo, metido a presidente por abandono del primero, se largó cuando vio
que le pisaban los talones y el lobo se lo comía. Amor. Amor. Amor. ¿Responsabilidad?
Todas las “vereitas” llegan a algún camino y los caminos se hacen andando. No
seré yo quien ponga en duda la honestidad, ni la inocencia de ambos. Qué va. Ni
mucho menos. Otras instancias dirán lo que proceda sobre el particular. Sería un
atrevimiento irresponsable, por mi parte, pronunciarme tanto en privado como en
público sobre la conducta de ambos, aunque en mis adentros tenga ya formado un criterio
sobre los comportamientos. Los refugios son lugares donde se esconden los que
algo temen y estos lugares no los utilizan quienes nada tienen que esconder. ¿?
Por nobleza, por responsabilidad y por respeto a Andalucía, los dos ex
presidentes tendrían que haber dimitido de sus escaños en el mismo instante en
el que fueron cuestionados.
Los andaluces hemos sido forzados,
apelando a la responsabilidad, un año antes a unas elecciones innecesarias,
preñadas de capricho, que podían esperar cumplir su ciclo completo sin necesidad
de violentarlo. Y cuando se violentan las cosas, resulta lo que resulta. Los
refranes son certeros y se cumplen. La avaricia rompe el saco y en este caso,
no solo lo ha roto, sino que lo ha reventado. Los andaluces nos hemos pronunciado
con responsabilidad, y hemos dicho lo que hemos dicho con coherencia, aunque
los tertulianos, los analistas, los sabios de programas farragosos, bien pagados,
donde no se entiende ni dios, pongan en duda la capacidad de los andaluces. Los
andaluces estamos acostumbrados a todas esas memeces. Los andaluces hemos
hablado y hemos dicho a los que hemos elegidos que se pongan las pilas, que
dialoguen, que se pongan de acuerdo, que las políticas no pueden continuar por
el mismo camino porque ya no nos valen, que hay que coger otro sendero que nos
lleve, de nuevo, a las políticas sociales, de los derechos y obligaciones de
todos los ciudadanos, de recuperar y mejorar lo que perdimos o nos quitaron
otros, de un verdadero compromiso y una verdadera responsabilidad. No cabe la
altanería, la prepotencia ni la arrogancia. Cabe el diálogo verdadero y sincero
en pos de los andaluces y la humildad. No se puede decir en nombre de los
andaluces, ni siquiera en nombre propio que “o yo, o el caos”, porque esto no
es ni serio ni cierto. Es hora de hacer la verdadera política para y con los andaluces
en un compromiso serio y responsable para que seamos un referente ante todos
los Pueblos.
Las mentiras, las ocultaciones,
las corruptelas, el tú más, los privilegios, las prepotencias, los “rodillos”,
las altanerías, las políticas a favor de unos pocos en detrimento de unos
muchos, deben pertenecer, para siempre, al pasado, para emprender el sendero de
la verdad, de transparencia, de la igualdad, de la humildad, del esfuerzo, de
los deberes, de las obligaciones, de los derechos, de las políticas a favor de
todos y de la libertad. Y sobre todo de la libertad.
Las nuevas fuerzas políticas que
los andaluces hemos elegidos para hacer nuevas políticas, no pueden caer en
contradicciones con sus postulados. Los andaluces esperamos mucho de las nuevas
formaciones en sus responsabilidades y en sus compromisos en esta nueva hora de
la gobernanza de la Andalucía trabajadora, comprometida, culta, emprendedora,
responsable donde cabe España y por supuesto, LA HUMANIDAD.
Simón Candón 15/04/2015