Quisiera que este primer artículo
que escribo este año que comienza para todos los lectores de este blog y para
los que no lo son, también, fuera de optimismo y entusiasmo y poder trasmitir
con fuerza que todo lo pasado ha sido un mal sueño y que al despertarme y
restregarme con los puños los ojos legañosos que se abren al nuevo día, vieran,
con afán y claridad las maravillas de la naturaleza.
Este año nuevo, rutina de otros anteriores
y con los mismos deseos de siempre, de paz, amor y felicidad que repetimos
hasta la saciedad, debería cumplirse esos deseos, por primera vez, para que el
año próximo seamos más originales en el pedir de las cosas.
Este nuevo año que acabamos de
empezar, cuya suma de dígitos es 8 y no de 10 como número mágico que desde
siempre se tiene como mandamientos u enumeración de obligaciones a cumplir o a
tener en cuenta, me llenaría de orgullo que mis líderes en los distintos
estamentos de la sociedad fueran trasparentes, honestos, dignos, competentes,
servidores a las causas comunes de bienestar de las personas, de los animales,
de las cosas o de la naturaleza en general. Quisiera también que éstos líderes
se sintieran satisfechos y orgullosos por hacer bien sus deberes y que les
primaran más el bienestar de lo general que de lo particular.
Siempre, los nuevos años, vienen
cargados de ilusiones, esperanzas, nuevas metas, nuevos proyectos, ganas de
hacer cosas, fuerzas renovadas y empujes para acometer tareas con nuevas
visiones de futuro para una mejor sociedad.
También es verdad que este año
nuevo que empieza, viene cargado de nuevos retos en la política con la llamada
a elecciones municipales, generales y autonómicas y que para ello, los grupos políticos nuevos y otros renovados,
se afanarán por ilusionar al electorado con propuestas reales a las circunstancias
actuales. A mí me gustaría creer que lo que propongan, lo cumplirán.
Por esta vez, no voy a ser
crítico con los gobernantes de las Españas. No. Quiero confiar en las buenas
voluntades de todos. Quiero creer que trabajan y se dejan la piel por mejorar
la sociedad que nos ha tocado vivir y que quieren preparar el camino de las
generaciones venideras. Quiero entender que todo lo que hacen y van a hacer va
encaminado al bienestar de lo general, dejando al lado lo particular. Quiero
que este año 2015 sea el mejor de los mejores o como decimos por estas tierras
del sur cuando alguien o algo es un fuera de serie y lo bautizamos con: es del
quince. Quisiera que este quince del quince superara las previsiones que los
expertos hacen del él porque sería un buen comienzo de algo nuevo de una
sociedad esperanzada en recuperar valores perdidos y encontrar otros nuevos
para que las personas, los animales, las cosas y la naturaleza en sí, puedan estar en algo parecido al paraíso perdido.
Con entusiasmo y optimismo
termino, lo mismo que comencé y animo a todos a vivir este experimento.
Simón Candón 2/01/2015