Cuando todavía faltan unos
meses para dar el pistoletazo de salida a las próximas elecciones generales y
están a la vuelta de la esquina los comicios para el parlamento de Andalucía,
convocados a la ligera, tratando de evitar la quema total de la nave socialista
por la Sra. Díaz, puede suceder lo que ya dijimos desde estas mismas líneas
hace unos meses (ver Bisagra 17-10-14): el paso a un segundo plano de la
formación socialista de nuestro país.
Lo que vislumbramos, a la
vista del espectáculo, es que el pase a un segundo plano del PSOE es la
antesala del fallecimiento de la criatura y su definitivo entierro, cuando no
su incineración.
No pueden alegar los
“barones” y altos personajes del partido fundado por Pablo Iglesias (el otro,
nacido el 18 de octubre de 1850,
en El Ferrol) que han sido abandonados por el pueblo. Desde la salida al
escenario del “compañero” Rodríguez (más conocido como Zapatero) tras la
espantada del dúo González-Guerra, los socialistas españoles han ido en picado.
El alejamiento de los ciudadanos y el abandono de la ideología socialista,
unidos a la llegada de arribistas sin escrúpulos, ha hecho que la ciudadanía se
haya hartado y esté dando la espalda progresivamente, y parece que sin
posibilidades de retorno, al entorno del PSOE.
Estos ciudadanos, consecuentes con su ideología y su situación social en
el espectro político de la izquierda, no están dispuestos a ser engañados
nuevamente por nadie. Los otros, los votantes de la derecha (muchos de ellos
sociológicamente deberían situarse en la ribera contraria a los conservadores),
seguirán votando al PP o al partido que lo sustituya como ya pasó con la
extinta AP que consiguió enterrar, refundándose en el PP, su vergonzoso pasado
franquista.
Las nuevas ofertas tienen su responsabilidad y mucha en el futuro
socio-político de este país. Somos conscientes del erial que dejan los que
debieron cuidar el jardín ideológico progresista en lugar renegar, vilmente, de
una ideología tan digna que era la expresión del sentir de los trabajadores: el
socialismo.
Los ciudadanos van a exigir a la nueva hornada de políticos que además
de honrados tengan las suficientes agallas para derogar, sin paliativos, las
leyes “marianas”. Sectores tan castigados como la enseñanza, la sanidad, las
relaciones laborales, el mundo (que no el mercado) del trabajo, las pensiones,
los derechos de libertad y de expresión, los derechos a una protección real de
la justicia, etc., deben ser repuestos a los niveles que existían antes del
retroceso impulsado por el PP cuando arribó al sillón Mariano Rajoy. Al menos
la vuelta a las posturas anteriores a las anti-democráticas del actual
Presidente del Gobierno.
Otros dos temas que
necesitan urgente solución: acabar con la dictadura de los bancos y realizar
una ruptura en toda regla del estado español con el eje Berlín-París.
Sr. Iglesias (don Pablo, el
de la coleta): ¿mantendrá usted sus compromisos con los ciudadanos?. Si hace
como los chicos integrantes en la banda pepera, tendremos que mandarlo a donde vamos
a mandar a los chicos de Mariano: al limbo de los bobos.
Nino Granadero