Y pasó el 26 J, lo mismo que pasó
el 20 D. Y sucedió más de lo mismo. Del primero que nombro aquí, ha pasado un mes y del segundo, siete meses.
En los dos, el Pueblo, dio el mismo mandato a sus representantes: Poneros de
acuerdo y trabajad. Y si, en los dos casos se pusieron de acuerdo, ¡claro!, se
pusieron de acuerdo rápidamente para repartirse los sillones y prebendas del
Congreso y del Senado. Lo han hecho casi sobre la marcha y sin rubor alguno. Sus
sillones; sus miles de euritos; sus privilegios; sus poderes; sus..., que la
"pela es la pela", y a esperar
a que los "Jefes" se pongan de acuerdo en lo de gobernar, que eso ya
es otra cosa y harina de otro costal, o no.
Pero los representantes del Pueblo,
mejor dicho, de los Partidos, les importa un bledo, por no decir un palabro,
sus representados y así sucedió el 20 D. Los intereses de los Partidos les
pudieron más que los intereses del Pueblo. Los cuatro líderes de los Partidos,
que no de los ciudadanos, no estuvieron a la altura de las exigencias del
Pueblo. Ninguno. Ninguno. Y cuando digo ninguno, es ninguno. Creo que lo he dicho en otro de mis artículos,
el que ganó las elecciones, M. Rajoy, el impasible, esperó tendido boca arriba a la sombra de la higuera a que le cayera la
breva en la boca y por eso lo único que hizo fue tener la boca abierta pero sin
decir palabra o hacer gesto alguno. El segundo, P. Sánchez, el impaciente, ante
la aptitud del primero, se lanza despavorido a querer coger la breva y en tal
empeño le acompaña A. Rivera, el cuarto
en ristre, que se ven obstaculizados por el tercero, P. Iglesias, que exige a
estos dos últimos a que él y sus peones coger las escaleras para alcanzar la
breva , y ahí entre los unos y los otros
va pasando el tiempo, la breva se madura y llega el pájaro del tiempo y se la
come, dejando a los cuatro boquiabiertos sin breva y sin nada de nada y a la
espera de los higos. El Pueblo mientras tanto asqueado de estos personajes a
los que no se les caen la cara de vergüenza al provocar otras elecciones, que
ya se celebraron el 26 J, encabezadas por los mismos títeres desvergonzados,
sin asumir sus fracasos, les premia a unos más que otros, volviéndoles a decir
lo mismo: Poneros de acuerdo y trabajad, que el Pueblo ya ha hecho su trabajo
por segunda vez y os toca a vosotros
trabajar, "patriotas de ...", pero trabajad de una puta vez, carajo,
¡que ya está bien!.
Ya las segundas elecciones, 26 J,
se podrían haber evitado si P. Iglesias
no hubiera sido tan arrogante y si más inteligente, absteniéndose en las
segundas votaciones en la investidura de P. Sánchez haciendo posible un
gobierno (póngale el lector el adjetivo calificativo que considere oportuno)yo
le pongo, por decir algo, de centro-izquierda, dejando al PP fuera de él,
quedando como referente P. Iglesias como jefe en la oposición de izquierdas y
M. Rajoy como jefe en la oposición de
derechas, con lo que éste, P. Iglesias, y los dos del acuerdo habrían cumplido
sus objetivos de echar del gobierno al PP y tener un nuevo gobierno sin M. Rajoy, al mismo
tiempo que habrían cumplido con el mandato del Pueblo. La pasividad y la
aptitud de hacerse el "longui" por parte del PP y al frente de él, M.
Rajoy, y su negativa ante el Rey en no asumir su responsabilidad en someterse a
la investidura, aún a sabiendas a que las perdiera, era su responsabilidad,
provocó que P. Sánchez (ansioso de poder) se lanzara a pecho descubierto a
asumir un papel que no le correspondía y en ese empeño le acompañó A. Rivera,
que estaba por que hubiera un gobierno, a lo que se opuso P. Iglesias que
quería llegar antes de tiempo, sabedor de los lobos que le acechaban y le pasó
aquello de no hacer caso a las advertencias de "que viene el lobo"
hasta que llegó. Esta decisión de P. Iglesias de no facilitar el gobierno de
"centro izquierda" de P. Sánchez, va a facilitar a la derecha perpetuarse en el
poder por largo tiempo.
Los tintes que hasta ahora se
ven, no son muy halagüeños y va camino de que estos desvergonzados lleven al
Pueblo a unas terceras elecciones sin rubor alguno, aunque, por otro lado, si
es verdad que ya estamos en "los higos" y barrunto que ¡al fin! habrá
gobierno; un gobierno de intereses y de desganas y no un gobierno comprometido con el Pueblo en
el que todos los partidos apostaran por devolverle lo que en pocos años perdió,
lo que tanto tiempo costó conseguir.
Las encuestas, los debates, los
tertulianos, los politólogos, los medios de comunicación tanto escritos como
los audiovisuales, todos, a raíz de lo que viene ocurriendo y, en concreto, lo
que ha ocurrido en estos últimos resultados de las elecciones, tendrán que
replantearse sus funciones sobre el particular, vamos, digo yo, a la vista de
sus aciertos, o... por el contrario, continuarán tal cuales porque son los intereses
los que priman dirigir toda la información hacia una determinada dirección.
Y pasó el 26 J, lo mismo que pasó
el 20 D. Y sucedió más de lo mismo. Estoy cansado de tanta mentira y
teatralidad.
Simón Candón 26/07/2016