LA
OTRA PANDEMIA NO DECLARADA
"El hambre no es lo peor. Lo peor es el miedo que veo en la gente.
Y el miedo muerde muchas más
veces al día que el hambre". Tomo prestadas las palabras
del padre Gonzalo, sacerdote de la parroquia de San Juan de Dios de Madrid.
El miedo tiene un poder inmenso, casi infinito, diría yo. Lo último que
ha hecho es encerrar o confinar a gran parte de la humanidad en sus casas, tras
la declaración de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de una pandemia por
la aparición de un virus mortal, de la familia de los coronavirus, llamado
COVID19. Las victimas que se ha cobrado el COVID19, se cuentan por centenares
de miles de personas.
Tras esta declaración, el gobierno de España toma la decisión, al
parecer un poco tardía, de implantar el estado de alarma, y como consecuencia
de ésta, a la casi paralización total del país, obligando a la población a
quedarse en sus casa y a las empresas, a cerrar temporalmente (aunque muchas de
ellas lo harán definitivamente por la carga que les supone el no poderla
soportar) hasta que las circunstancias indiquen otras cosas, salvo a las de
primera necesidad para cubrir la subsistencia de los ciudadanos, con el fin de
aislar y hacer frente a COVID19, por el peligro que este representa(el causante
del miedo).
No todos los ciudadanos disponen de los mismos recursos para afrontar
esta nueva situación, en la que el gobierno dicta normas de obligado
cumplimiento para conseguir el fin último, que es el de hacer frente al COVID19
para que se cobre el menor número de víctimas posibles (no entro a valorar de
si el gobierno, o los gobiernos lo gestionó o gestionaron mejor o peor, ese es
otro análisis).
Esta maldita pandemia declarada oficialmente, lleva consigo
consecuencias incalculables, aparte de las víctimas que se cobra diariamente,
cuantificadas en cientos de miles de seres humanos, el COVID19; La desolación
de las familias de los fallecidos; La soledad sola de éstos en su último adiós
a la vida; Los lloros y las lágrimas perdidas y abandonas en no se sabe dónde,
sin el consuelo del reconocimiento; El miedo a algo que no se ve, que produce,
a la vez, más miedo, pero que arrebata
lo más preciado, que es la vida, para morir en la desesperanza, y esas
consecuencias incalculables, entre otras, es, precisamente, la falta de
recursos para la subsistencia de los menos favorecidos.
Ante unas de las situaciones provocadas por esta pandemia, como son la
del miedo y la del hambre, principalmente la del hambre, porque la del miedo ya
se ha encargado el gobierno de anularla, vendiéndoles a los ciudadanos esta
pandemia como si de una fiesta se trata con aplausos al viento, festejando el
fracaso ante la muerte y la impotencia de los sanitarios, entre otras, por
falta de recursos, a parar la sangría de muertos, sometida al COVID19, y ante
esto, los grupos políticos y las organizaciones sindicales y patronales, no han
estado, ni están a la altura de las circunstancias. ¿Que por qué lo digo? A la
vista está, y me explico:
EL HAMBRE, el hambre o “la jambre”, como por el Sur decimos, no la
declarará las OMS como pandemia y por lo tanto, el gobierno, no declarará el
estado de alarma, y sin embargo, la pandemia NO declarada, se extiende más,
cada día que pasa, por nuestro país, por
España (y no digamos nada sobre lo que ocurre en este sentido en el mundo
entero) a consecuencia de la pandemia declarada.
No he visto a ningún partido político, a ninguno, ni a ninguna de las
organizaciones sindicales, ni a ninguna de las organizaciones patronales, preocuparse
de “la jambre” de los desfavorecidos (el gobierno, los gobiernos merecen otro
análisis aparte). No he visto en ninguna de sus sedes que ayuden en lo más
necesario a los desfavorecidos, ni siquiera a los que dicen representar en
estos momentos. Puertas cerradas a cal y canto. Ninguna sede abierta para esta
necesidad perentoria. Ninguna. La solidaridad de estos, campea por su ausencia.
He visto y veo intereses y navajeos barriobajeros de las formaciones
políticas, de las organizaciones sindicales y patronales peleándose por un voto
y a ver quien saca mayor rédito de todo lo que acontece en provecho propio, sin
importarles el daño que produce a la sociedad española, anteponiendo el
bienestar de sus formaciones, al de los ciudadanos.
He visto y veo a gente voluntaria, a ONGs no subvencionadas, a Caritas,
a Hermandades de Cofrades, a Monjitas de
Conventos, a Comedores Sociales, a Iglesias y Parroquias, solidarias,
preocuparse de los desfavorecidos, de facilitar alimentos a los necesitados, a
los que lo han perdido todo, salvo la dignidad, a los que no tienen nada que
llevarse a la boca, sin pedirles identidad o afiliación política o religiosa alguna
y sin intereses de recibir nada a cambio, solo la satisfacción de estar con el
necesitado en el momento justo y oportuno.
Testimonios:
- “Julián aguantó los
dos primeros meses con algunos ahorros que tenía. "Pero se me han
acabado", nos cuenta.
Ahora, desde hace cinco días, viene cada
mañana al comedor social Ave María, en pleno centro de Madrid, gestionado por
la Real Congregación de Esclavos del Dulce Nombre de María. Aquí le dan una
bolsa con pan, una pieza de fruta, un yogur, un bocadillo, un envase con
macarrones con tomate... Hago la fila y me dan la comida. No me preguntan quién soy, y por eso
vengo aquí, porque no paso tanta vergüenza como la que tendría que pasar en
otro sitio y porque además el lugar queda lejos de donde vivo", dice
parapetado tras una mascarilla y unas gafas de sol de cristales oscuros.”
- “Hasta ahora,
Natividad siempre había visto el hambre desde el otro lado.
Como voluntaria de la parroquia de San
Juan de Dios -en el barrio de la UVA de Madrid, uno de los más castigados de la
capital española por la pobreza y la marginación- ha repartido muchas veces
comida a los necesitados. Pero ahora, por primera vez, es ella la que hace la fila para que le den
algo que llevarse a la boca para ella y Sara y David, sus dos hijos.
"Trabajaba
limpiando casas. Y cuando comenzó el confinamiento, mis patronas me dijeron que
dejara de ir. El primer mes, aunque no acudí, me pagaron. Pero el segundo ya
no. Y en casa el único dinero que entra es el que yo gano, por eso estoy
aquí", le explica al padre Gonzalo, el párroco de San Juan de Dios.
- - “Diario
de Jerez
CORONAVIRUS EN JEREZ
Iniciativa Solidaria Jerezana (ISOJE) ha multiplicado su
esfuerzo en esta crisis sanitaria para repartir alimentos. Habitualmente su
campo de acción es la zona rural, pero en esta ocasión también ha donado un cargamento de alimentos al Ayuntamiento, para su
reparto entre las familias que se han visto en situación de vulnerabilidad a
consecuencia del estado de alarma.
Desde Iniciativa Solidaria Jerezana, Antonio Conde explica que “llevamos desde el año 2013
atendiendo a familias de Jerez. Conocemos
la realidad jerezana en el ámbito social y estamos
implicados sobre todo en el mundo rural. Tenemos sede en Jerez, en La Barca, en
El Torno, Torrecera y Nueva Jarilla. Contamos con voluntarios en todas las ELA, siempre intentado que personas del
mismo pueblo sean voluntarios, porque así son los que mejor conocen la realidad
de sus vecinos”.
Conde explica que “atendemos a cerca de 200 familias en la actualidad.
Desde que iniciamos el confinamiento hemos conseguido unos 368 lotes de comidas repartidos a familias,
más las 200 familias que mensualmente atendemos. Hemos reforzado la
búsqueda de nuevos recursos, y también hemos colaborado con el Ayuntamiento y
hemos donado también al Kiko Narváez para que también desde allí se repartan. Es un no parar de familias, y esto va a empeorar,
y por eso nos hemos volcado para ayudar con repartos extras tanto en las ELA
como en el Kiko Narváez”.
Y así, miles y miles de historias. Miles y miles de personas que de un día
para otro se han visto abocadas a la penuria absoluta por culpa de un virus microscópico
llamado SARS-CoV-2 ó COVID19
EL HAMBRE NO SERÁ OBJETO DE DECLARACIÓN DE PANDEMIA POR LA OMS.
INTERESA
MENOS.
Simón Candón 31/05/2020